Page 220 - Egipto TOMO 2
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HASTA TEBAS
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región el hombre y la bestia se hallan mucho más unidos que entre nosotros: el trabajo que
ante el espectáculo de los perros de aldea,
empieza aquél, termínalo al cabo la segunda, y
muy parecidos á lobos pequeños, jugando con tiernos corderillos remendados, acude involun-
tariamente á la memoria el recuerdo del paraíso perdido. Y sin embargo, la verdad es
que no parece sino que el hombre ha puesto todo su saber en hacer insoportable para la
existencia este país extraordinariamente favorecido por la naturaleza.
Pasamos delante de dos pequeñas poblaciones que llevan el mismo nombre de Gau. La
uña se llama Gau la Mayor, el-Kebir: es la Antaeopolis de los antiguos, y su suntuoso templo,
que hace pocos años aún excitaba la admiración de los viajeros, se halla hoy reducido a un
PALMERAS Y SICOMOROS
monton de escombros. En 1821 el rio arrastró lo poco que quedaba en pié del edificio,
especialmente muchas de las columnas, con capiteles en forma de palmera, que eran preciado
ornamento de la sala hypostila. Los egipcios sustituyeron el nombre de Aníseos al egipcio
Hornub, el Horus de oro, el Horus vencedor. El otro Gau, el del Oeste, el-Gharbije, se
halla situado sobre la ribera líbica del Nilo, frente por frente de la ciudad de Anteo, y ha _ido
teatro de una sangrienta tragedia. En 1865 estalló en dicho pueblo una insurrección foimi
dable, acompañada de latrocinios, depredaciones y todo el séquito de desafuero» que suelen
ser consecuencia natural de semejantes revueltas: al frente de la misma púsose un tal
en
Achmed Tajjib. El gobierno envió tropas contra los rebeldes, redújoles á la obediencia y
cuanto lo hubo conseguido, puso por obra la más sangrienta represión, haciéndola extensiva