Page 219 - Egipto TOMO 2
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HASTA TEBAS                  221
             coloca este árbol en  el número de  los feos, á causa de la exagerada separación de sus
             ramas: la verdad es que dista mucho de tener la distinguida elegancia de la elevada palmera.
                                              En esta época del año los campos están
                                            materialmente  cubiertos  de  gentes  que,
                                            entonando cantos de alegría,  se entregan
                                            á las faenas agrícolas. La vista y el oido se
                                            hallan igualmente solicitados por la anima-
                                            ción y la diversidad del espectáculo. Dis-
             tínguese entre los hombres más de una cabeza característica: entre las mujeres y las jóvenes,
             que comunmente van sin velo, se descubre más de un rostro agraciado: pero aquí lo mismo
             que en el resto del valle, lo que más poderosamente llama la atención son los chicuelos y las
             muchachas, que, generalmente, en tanto no han llegado á los cinco años, andan completa-
             mente en cueros, como gatitos ligeros y traviesos. No son tan graciosos los niños de teta
             que las madres suelen llevar en hombros, y que, en punto á limpieza, dejan no poco que
             desear. La mayor parte de las mujeres que trabajan en los campos dejan sus pequeñuelos
             en casa, en  1a. aldea en que viven: cuando se atraviesan las desiertas calles en la época de
             la recolección, no es cosa extraordina-
             ria, sino, por el contrario, por demás
             frecuente, encontrar como guardianes
             de las viviendas algunos perros gru-
             ñones que no sólo atienden á la ha-
             cienda de sus dueños,  sino también
             á los pequeñuelos abandonados en las
             cunas. Tenemos de  ello un ejemplo
             en el asunto en que se ha inspirado el
             pintor Gentz para uno de sus dibujos,
             del cual ofrecemos una reproducción
                          Nosotros mismos
             á nuestros lectores.
             nos hemos encontrado en cierta ocasión
                           colocado  sobre
             con un mamoncillo ,
             un  girón de  tapicería,  en mitad de
             un campo, á la sombra de un haz de
                    sin más guardián que un
             durrah y
             perro. Segura estaba  la madre de la
             tierna criatura, de que pasara junto á
                                                  DONCELLA FELAH
             la misma una sola madre felah  sin
                                  ,
             ofrecerle  el seno. Un totum retolutum de hombres, mujeres y niños, camellos y búfalos,
             asnos y perros, presta en semejante estación á los campos de Egipto un encanto pintoresco,
             que produce impresión por demás profunda en el ánimo del espectador.  Diríase que en esta
                  EGIPTO, TOMO II.
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