Page 227 - Egipto TOMO 2
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juzga asunto de burlas el acto llevado á cabo por Moisés el negro, que después de haberse
apoderado, según se cuenta, de los salteadores que le atacaron, los condujo al claustro
uno después de otro, porque repugnaba á su corazón inferir daño á persona alguna; si
se gradúa de monoma-
niacos á esos cenobitas
acosados por horribles
visiones, que se abrían
las carnes á disciplina-
zos, se imponian gus-
tosos la pesada carga
de la castidad y de la
humildad, y aceptaban,
no sólo humildemente,
sino con júbilo cuantas
injurias se les dirigían,
recordando que más
había sufrido por ellos
Aquel cuya cruz osten-
taban; si se juzga, en
suma, que ese inmenso
movimiento monástico,
es pura y simplemente
manifestación de una
enfermedad que aque-
jaba al espíritu popu-
lar, es imposible com-
prender lo que eran
esos intrépidos atletas,
que nada esperaban
como no fuera el pre-
mio concedido á las
grandes fatigas y com-
bates rudísimos soste-
OIRGEH
nidos con fe ardiente
contra el enemigo de las almas. Nuestra época propende á rechazar, ó por lo menos se inclina
á admitir como actualmente existente, aquello tan sólo que se halla al alcance de los sentidos;
mas no se olvide que da muestras patentes de desconocer completamente la historia, el
que no sabe comprender que vivimos aún de ese reflejo de lo sobrenatural que la Iglesia
ha comunicado á la ciencia durante el dilatado período de la Edad Media, y que no es por
EGIPTO, TOMO II. ó 8