Page 230 - Egipto TOMO 2
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HASTA TEBAS                 233
                                                     Si hubiese sido esta la vez
             ralamente se distinguen otros colores que el negro y el azul.
             puniera que hubiésemos penetrado en una kenise, habríanos indudablemente sorprendido
             el prodigioso número de fieles que usaban muletas; pero sabíamos que los coptos, obligados
             á permanecer en  pié durante las interminables funciones religiosas, emplean semejantes
             apoios para evitarse los inconvenientes de una fatiga prolongada. Nuestro guia,
                                                                 al igual
                                             el templo, besó la mano del sacerdote,
             que cada una de las personas que penetraban en
             hizo una genuflexión delante de las imágenes, v permaneció de pié, á nuestro lado, en
             medio de sus correligionarios que, por punto general, prestan poca atención á los himnos
             en lengua copta que entonan algunos sacerdotes y varios muchachos de coro, y que,
             como no sea en casos muy excepcio-
             nales, sólo son comprendidos por las
             gentes  de  iglesia:  en cambio  los
             asistentes  se  ocupan  incesante-
             mente en asuntos que nada tienen
             que  ver con  el  lugar en que  se
             hallan.  Hasta en  el departamento
             de  las mujeres, en  el  cual puede
             observarse más de un rostro agra-
             ciado, se charla ó se disputa en voz
             tan  alta,  que pueden  distinguirse
             perfectamente las palabras; y como
             en las conversaciones sobresalen los
             gritos de los chiquillos, no  le queda
             más recurso al sacerdote que meterse
             en medio y restablecer el silencio.
               A todo esto comenzaban á cau-
             sarnos envidia  las muletas de
             nuestro  vecino;  pues áun cuando
             la mezcla confusa de rumores, sal-
                                              INTERIOR DE UNA IGLESIA COPTA
             modia y  charla,  unida  al son  de
             campanas movidas por medio de una rueda, con que los coptos llaman á los oficios divinos,
             habia empezado dos horas ántes de nuestra llegada al templo, llevábamos ya una de estar
             en pié cuando comenzaron las verdaderas ceremonias religiosas del dia. El sacerdote de
             jerarquía superior, anciano de venerable aspecto, especie de hekel distinguido, comenzó
             á  circular entre los  fieles, balanceando  el incensario  é imponiendo  la diestra sobre  la
             cabeza de los que  se hallaban más  al alcance de su mano , alcanzándonos á nosotros
                           .
             semejante distinción. Debemos consignar que  las únicas personas que  ofrecian aspecto
             de verdadero recogimiento eran aquellas á las cuales alcanzó semejante favor,  lo que se
             explica perfectamente, pues en realidad no existe cosa alguna más digna de aprecio que
                  EGIPTO, TOMO II.
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