Page 232 - Egipto TOMO 2
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HASTA TEBAS                  235
              todo  el Egipto. Y en
              verdad que á su exis-
              tencia en  dicho lugar
              debemos una de las sor-
              presas más agradables
              de nuestra vida,  sor-
              presa que  difícilmente
              podremos olvidar.  Es,
              pues, el caso, que dicha
              comunidad posee cam-
              panas  de  timbre muy
              sonoro que le han sido
              remitidas  de  Europa:
              meses  hacia  que  no
              habíamos  tenido  oca-
              sión de oir las voces del bronce llamando á la oración: júzguese, pues, del efecto que produ-
              ciría en nuestros oidos y de la emoción que experimentaría nuestro ser,  al escuchar  el
                                  regocijado son de aquéllas, llegando de repente hasta nos-
                                  otros á la hora del crepúsculo, precisamente la víspera de
                                  Navidad.
                                    Terminados  los  divinos  oficios ,  nuestro  amigo  nos
                                  condujo á su casa á través de estrechas  callejuelas, en
                                  las cuales pudimos contemplar más de una escena risible
                                  de la vida popular, y ya en  ella nos convidó á comer. Las
                                  mujeres de la casa no tomaron parte en el banquete, en el
                                  cual , en lugar de vino  , nos fué ofrecido un excelente aguar-
                                  diente de dátiles, con el cual se regalan, acaso más de lo
                                  que conviniera, nuestros correligionarios de las riberas del
                                  Nilo. En la mesa de los coptos ricos, — y los hay no sólo
                                  en el Cairo y en Alejandría, sino también en todo el Alto
                                         especialmente en Girge, — no faltan jamás los
                                  Egipto y
                                  mejores vinos añejos de Europa. En cuanto se refiere  al
                                  interior de la casa, los coptos en nada se diferencian de los
                                  árabes. Las mujeres y los niños viven en aposentos espe-
                                  ciales, completamente separados de los hombres, siendo de
                                  tal naturaleza las muestras de respeto que los padres exigen
                  abrevadero para palomas  pjj os? en tanto no han contraido matrimonio, que
                                  ¿e log
              jamás se ha visto que coman juntos en una misma mesa.
                El  dia  siguiente,  al amanecer de una fresca y  embalsamada mañanita  del in\ierno
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