Page 235 - Egipto TOMO 2
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            voluntad del invasor:  y que, dueño  éste  del país, debió enlazarse con  las  hijas de  los
            sojuzgados.
               Aceptando  la  hipótesis que acabamos de formular,  se comprende  perfectamente  la
             semejanza que, bajo el punto de vista anatómico, ofrecen los egipcios con los primitivos
            habitantes del Africa septentrional, que se distinguen con el nombre de las bellas familias de
            la raza etiópica.  Si de  ella se prescinde,  es de todo punto imposible obtener semejante
            resultado,  y por  esto no debe sorprender que nadie absolutamente,  sin hacer siquiera
            excepción de Roberto Hartmann,— que ha trabajado extraordinariamente para demostrar que
            los antiguos egipcios son autóctonos en África — haya podido explicarse, por qué razón la
            forma del cráneo en los individuos del pueblo de los faraones, según el estudio comparado
            que puede hacerse por medio de las momias de diferentes épocas, se asemeja más á la de la
            raza caucásica, en las que pertenecen á tiempos más remotos, y á la de la etiópica en las de
            fecha más reciente: por qué razón, en los monumentos  antiguos,  las mujeres, menos
            expuestas que los hombres á  la. influencia de los ardores del sol
            se ven representadas con una tez de tinte más amarillento: por
            qué razón, no sólo las raíces y las formas aisladas, sino también
            el espíritu íntimo de la rama lingüística del Egipto, no guardan
            semejanza con otro grupo alguno como no sea el grupo semítico:
            por qué motivo, finalmente, no ha existido familia africana alguna,
            como no sea la egipcia, que haya dado muestras de la perseverante
            energía, de  la  actividad de  espíritu,  del sentido  científico,  del
            poderoso instinto artístico, en una palabra, de las elevadas tenden-
            cias y de  la gran capacidad que son rasgo característico de los  ISIS, OSIRIS, HORUS
            pueblos originarios del Asia y que vanamente se pretendería encontrar entre las verdaderas
            razas indígenas del Norte del Africa.
              En resolución, todo  el valle del Nilo, con las gentes que en  el mismo moraban, hasta
            el Sur de la Delta,  fué dominado por los inmigrantes, cuya superioridad intelectual era
            incontestable, habiendo los príncipes fijado su residencia en Thinis-Abydos. Los documentos
            están unánimes en el nombre del primero de éstos, salido de Thinis, que es Menes ó Mena.
            Las excavaciones practicadas por Mariette en  el lugar en que estuvo emplazada la ciudad
            primitiva, de la cual sólo se conservan ruinas, han puesto de manifiesto monumentos de una
            antigüedad no ménos remota que los más antiguos de los que se han encontrado en la
            necrópolis de Memphis.  Thinis, cuyos restos se hallan un poco al Norte de los de Abvdos,
            fué el lugar en donde brotó la vida política que se difundió luego por el valle del Nilo, en el
            cual, como es sabido,  se engendraron y desenvolvieron las concepciones religiosas, por
            demás originales, del pueblo de los faraones. Es posible y hasta probable, que los inmi-
            grantes profesaran á su llegada las prácticas religiosas del sabeismo, y en  tal caso,  se
            concibe fácilmente que rindieran culto de adoración, cual si fueran verdaderos dioses, al sol,
            á la luna y á las brillantes constelaciones que desde las márgenes del Nilo se distinguen;
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