Page 246 - Egipto TOMO 2
P. 246

HASTA TEBAS                  251
              dioses tebanos, se adoraba también á Schu y á Tefnut de Thinis, los hijos del Sol. Además,
              en las cámaras del segundo piso , sólo accesibles á los sacerdotes , se celebraban también los
              misterios del Osiris de Abydos. Los bellos himnos á Amon y las inscripciones esculpidas en
              la piedra, con que Darío adornó las paredes, pertenecen á una época anterior, y por su
              composición nos remontan á la época de la preponderancia tebana.
                Si tratáramos de acompañar á nuestros lectores á los diferentes oasis que existen en la
              región del Sahara ménos abundante en fuentes, sólo podríamos encontrar unos pocos que
              pudieran ofrecernos atractivos  : tan cierto es esto, que no obstante los espectáculos extraor-
              dinarios que ofrecen en abundancia semejantes soledades,  las escenas de campamento, y los






















                                        EL ESPEJISMO
              incidentes que rompen la monotonía del viaje, y que tanto se prestan al lápiz y al pincel del
              artista, no se sabe de pintor alguno que hasta el presente se haya determinado á cruzar el
              desierto líbico. En cambio en otras regiones del Sahara se han reproducido hasta con exceso
              caravanas que están abrevando los camellos en un cristalino manantial ; beduinos á pié y á
              caballo acompañados de sus hijas de negros ojos y de sus despiertos chicuelos; el sorpren-
              dente fenómeno  del espejismo, y además, merced á  la  decisión de animosos viajeros,
              especialmente del sabio geólogo Zittel, hemos podido conocer, por medio de la palabra, la
              belleza de formas y la riqueza de colores del desierto que circuye los oasis. Hay más aún:
              los estudios realizados han permitido demostrar que el desierto líbico, ántes de ofrecer el
              aspecto actual, se hallaba cubierto por las aguas marítimas, y que las olas de un vasto
   241   242   243   244   245   246   247   248   249   250   251