Page 458 - Egipto TOMO 2
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372 DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATARATA ,
en Necheb, debían deponerse puercos, hechos pedazos en el momento del plenilunio,
y en
virtud de una concepción á esta semejante, en una fiesta determinada, era preciso sacrificar
un jumento, animal consagrado á Seth-
Tvphon. A menudo se hace mención de la
visita que la Hathor de Denderah hace
anualmente á su consorte el dios de Edfu,
durante la época de la crecida del Nilo, el
dia del novilunio'; pudiendo hasta indicar
la puerta por la cual penetraba en el templo
de Apolinópolis. Uno de los dioses de
Edfu, Horus, que reunió los dos países, Hor
Sam-toom, le devolvía la visita en compa-
ñía de las divinidades secundarias de su
ciclo, en el mes de Paschons, precisamente,
también, en el dia en que tenia lugar el
novilunio. Lo que ocurría entonces con motivo de esa Hermosa fiesta de viaje á Denderah
lo encontramos consignado en el calendario de las fiestas con los detalles más minuciosos.
El dios permanecía cinco dias junto á Hathor, con el objeto, en su calidad de destructor
del maligno espíritu, de
aniquilar cuanto había
de malo en el dominio
de la diosa. Como en
todas las circunstancias
felices, la música y el
canto embellecían esta
fiesta como otras mu-
chas. Sabemos que el
maestro de capilla del
templo estaba obligado
á tocar de cuando en
cuando el arpa en pre-
sencia de Hathor. En
determinados dias des-
embrollábanse los libros
MUSICOS DEL ANTIGUO EGIPTO
sagrados; en otros los
fieles cogian y comian ciertas hierbas; en otros, finalmente, llenábanse ciertas prácticas
solemnes que se referian á la crecida del Nilo y á la recolección de los frutos de la tierra.
Fácil es imaginar el efecto que debía producir el magnífico templo iluminado de la
manera que prescribía una antigua disposición, que recuerda involuntariamente aquella

