Page 491 - Egipto TOMO 2
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DE LA CIUDAD DE AMOX A LA CATARATA
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                de granito en la cual  le habían trabajado,  el gigantesco  sillar, cuya labor tanto tiempo les
                había exigido  !  Estas canteras son en apariencia ménos grandiosas que las de Turra y Gebel-
                Silsile, procediendo esto de que se explotaban á capas, arrancando las rocas que foimaban la
                superficie de  la montaña:  sin embargo, puedo asegurar que he pasado muchas  lioias
                trepando de un lado para otro, sin encontrar en parte alguna el más insignificante fragmento
                unido á la peña, que revelara una torpeza cometida en la operación del desprendimiento. Al
                contrario, la economía con que se procedía á la división de los sillares, mientras se hallaban
                unidos al peñasco, llamó profundamente nuestra atención.  Sobre las superficies expuestas al
                aire, de un fragmento cortado por tres de sus caras, puede distinguirse exactamente el intento
                del maestro que, al parecer, pretendió destinarlo á una losa para un techo y á dos pilares ó



















                                         tumba cerca de asuan
                 soportes. En los puntos en que  los fragmentos debían estar separados, abriéronse en la
                 piedra, probablemente por medio del berbiquí, diferentes agujeros que se hallan continuados
                 siguiendo una línea recta.  ¿Servirían éstos acaso para la introducción de cuñas de madera
                 floja que después se humedecían? ¿Empleábase. semejante procedimiento para desprender los
                 obeliscos de la roca, ó se hacia uso del fuego?
                   Más adelante, ya en camino hacia Philoe,  nos encontramos con camelleros nubios,
                        mujeres, y con algunos abisinios que iban á vender á Asuan los jumentos que
                 hombres y
                 conducian.  El camino  es arenoso, pero muy  frecuentado.  Los pollinos y  los camellos
                 colocan el pié con tanta seguridad en la huella impresa por los que les precedieron, que  el
                 camino en toda su extensión parece marcado por largos surcos ó carriles, semejantes á la
                 profunda rodada que hubiese impreso un cilindro pequeño y por demás pesado. La comarca
                 de  los alrededores es de cada vez más desierta y polvorienta : á nuestro lado se elevan
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