Page 28 - Cómo no escribir una novela
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forma que podamos entender que un personaje se comporte de una forma
en particular teniendo en cuenta cómo es, y ese personaje no puede alterar
su conducta para hacer algo que sólo le conviene al autor.
Los golpes de buena suerte inesperados y las coincidencias increíbles
pueden emplearse si la novela ya trata de eso. Un personaje cuyos
problemas se resuelven milagrosamente cuando encuentra una bolsa llena
de billetes sin marcar será acogido por el lector de una forma muy distinta
a un personaje cuyos problemas empiezan justo cuando encuentra ese
dinero.
Por eso, en una buena novela, el autor se esfuerza por encontrar un
equilibrio entre lo creíble y lo imprevisible: cuanto más inverosímil sea un
hecho, más anclado y profundamente integrado debe estar en los capítulos
precedentes. Sobre todo, un escritor no debe dar por descontado que un
hecho de su novela es creíble por la sencilla razón de que «realmente, eso
es lo que le pasó a un amigo mío».
El manuscrito de Zenón de Elea
Cuando unos detalles irrelevantes
imposibilitan el clímax
—Quédate un momento ahí, machote. Voy a ponerme más cómoda —dijo
Lubricia sugerentemente.
Fue al baño y cerró la puerta. Entonces se quitó sus cómodos zapatos y
los colocó uno junto a otro frente a la bañera. Luego se ocupó de sus
vaqueros, que le apretaban un poco en las caderas. En este punto se detuvo
para examinar su maquillaje en el espejo. Se le había corrido un poco el
rímel y lo limpió con una toallita húmeda. Se acercó a la cesta de la ropa
sucia y empezó a buscar aquella negligé tan sexy que había tirado allí el día
anterior. Sacó un jersey, un par de pantalones, varios calcetines
desparejados…
Una escena puede quedar desbaratada si se describen todos y cada uno de los
elementos insignificantes que componen la acción que realiza un personaje. Como en la