Page 31 - Cómo no escribir una novela
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limpiamente sin riesgo de causar daño al conjunto del organismo. Aunque el mundo de
          la medicina alternativa, como tantas otras cosas, tiene un gran interés potencial para ser
          descrito y explorado en una novela, a la postre resulta frustrante para el lector cuando

          se trata de tal manera que no supone ningún cambio ni para el protagonista ni para la
          historia. Los borradores de una novela son el hábitat natural para estas escenas; cuando
          llega la hora de las revisiones se abre la veda y puedes abatir todas esas escenas, y

          recuerda que no hay límite de piezas.
               Y antes de que lo pienses, debes saber que no, no vale la pena salvarlas ni siquiera
          en  el  caso  de  que  hayas  escrito  con  ellas  «tus  mejores  páginas».  Estos  pasajes  son

          como  los  dibujos  de  los  niños:  increíblemente  cautivadores  para  sus  padres,  de  un
          interés  relativo  para  parientes  y  amigos,  y  sin  ningún  interés  para  el  resto  de  la
          humanidad.












                                                                    Cuando venga Morfeo, que me pasen
                                                                                                     una pistola

                                                                             Cuando los personajes sueñan


               Esa noche Ralph tuvo el sueño más extraño que había tenido en años. Él y
               su  esposa,  Missy,  estaban  ante  un  tribunal  presidido  por  Leonard  Cohen.

               Ralph miraba alrededor y todos los miembros del jurado tenían la cara de
               Leonard Cohen.
                   —¿Cómo se declara? —dijo con desdén el juez Cohen a Ralph.

                   —Me declaro calamar —respondió Ralph, y en ese momento le pareció
               una respuesta muy razonable.
                   Y  entonces,  a  todos  los  Leonards  Cohen  les  crecieron  unos  largos

               tentáculos y empezaron a acercarse a Missy. Rodearon su cuerpo con ellos
               pero a ella, lejos de desagradarle, pareció gustarle.
                   Finalmente, Ralph gritó:

                   —¡Tinta! ¡Tinta!
                   Y descubrió que tenía el poder de lanzar una tinta paralizante a través

               de sus ojos. Pero sólo podía hacerlo si creía en sí mismo, y la indiferencia de
               Missy  ante  su  inminente  violación  lo  tenía  paralizado.  Trató  de  moverse
               hacia delante, pero era como si cada uno de sus pies pesara una tonelada…
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