Page 32 - Cómo no escribir una novela
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En ese momento la escena cambió para trasladarse a la Latinoamérica
colonial.
Los Leonards Cohen se habían ido, y Ralph estaba con una gitana que
no se parecía en nada a Missy, pero que Ralph sabía que en su interior era
Missy… Y supo que casarse con ella había sido un error. Apenas sucedió
nada más durante el resto del sueño, pero tuvo otro un poco más tarde en el
que…
La narrativa de principios del siglo XX estaba imbuida de las ideas de Freud, y ningún
novelista respetable lanzaba su libro al mundo sin una carga simbólica que dramatizara
los miedos y deseos inconscientes de sus personajes. Esto a menudo se hacía contando
los sueños de un personaje en párrafos escritos en la típica «cursiva del flujo de la
consciencia».
La ciencia ha ido más allá, y ahora se da por supuesto que leer una página tras otra
en las que un personaje se dedica a construir muros con los ladrillos de su angustia es
tan interesante como oír a alguien real contar sus sueños reales.
Un buen sistema es permitirse sólo un sueño por novela. Luego, cuando llegue la
revisión final, lo quitas y en paz.
La segunda discusión en la lavandería
Esas escenas que se repiten
—¡No puedo creer que sólo dos semanas después de nuestra boda me hagas
esto! —gritó Synthia—. ¡Tienes un futuro muy prometedor en la empresa
hidráulica de tu familia y tú te pones a trabajar en ergonomía sin ni siquiera
comentármelo!
—Es mi vida, no la tuya. Es mi carrera profesíonal —dijo Jack, su rabia
estaba sacando lo mejor de sí mismo.
Synthia empezó a gritar:
—¿Y qué pasa con todo lo que me prometiste, que lo compartiríamos
todo, que lo haríamos todo juntos? Todas las noches te vas a fiestas que
organizan esos amigotes tuyos de la ergonomía y yo me quedo aquí, en la
lavandería, lavándote la ropa. Es como si te avergonzaras de mí y no te