Page 207 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                           197



            Vas a ir a robar en una mansión donde yo sé que hay miles de dólares.
            Estaban cerca lan fiestan de Navidad y Año Nuevo de 1994. “Una
            familia que reside en esa mansión viajó a Brasil a descansar por las
            fiestas de fin de año. Mañana te instruyo lo que vas a hacer, no tengas
            miedo amorcito, nada te pasará, yo lo tengo todo fríamente calcu-
            lado”, lo sentenció Katty.

            Una semana después del episodio, que él no recordaba exactamente
            lo sucedido, él estaba solo en la vivienda comenzó otra vez a recordar
            parte de su vida de adolescente y juventud en Santiago de Chile, re-
            cordaba ahora que sus compañeros, quienes le admiraban, le sugerían
            que en los años posteriores incursione en la vida política. Por esas
            cosas de la vida su padre estuvo a punto de viajar a La Paz como
            agregado al consulado chileno, pero el golpe del general Augusto Pi-
            nochet lo estropeó todo. Richard pudo haber nacido en la sede de go-
            bierno de Bolivia, pero años después llegó a la capital cruceña a
            estudiar arquitectura en otras circunstancias.

            Amigos de su familia le contaron que, más allá de los Andes, exis-
            tía otra ciudad en el llano boliviano, una ciudad que era el futuro
            para propios y extraños. Nunca se imaginó que esta ciudad sería
            como una trampa para sus anhelos, Richard Sepúlveda conocía a
            Euclides Santacruz, sabía a qué jugaba, sabía de sus anhelos, de
            su futuro político. Eso lo entusiasmó antes de conocer a Katty, en-
            tonces soñó convertirse en el futuro presidente de Chile a corto
            plazo, Euclides le reveló los pasos y contratiempos del mundo po-
            lítico. Pero Chile no era Bolivia, ni Bolivia era Chile. ¿Pero, qué
            haría ahora? Se contempló en un espejo y vio que apenas era una
            piltrafa humana, un estudiante derrotado de antemano. ¿Cómo
            llegó allí? No encontró la respuesta, se sintió un ser pusilánime,
            miedoso para seguir adelante y de esta manera sus anhelos queda-
            ban frustrados.
            Le faltó valor para decir más o menos “voy a dejar todo esto y regre-
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