Page 234 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          kilos. Ni modo, no hay que llamarle la atención. En cambio, el rum-
          bero es un hombre ensimismado y huraño, no dialoga ni da opinio-
          nes. El enviado desde La Paz reflexiona y piensa sobre Leoluca
          Camorrero: “es mejor tratarlo de a buenas, porque si se enoja me
          mata. Es corpulentísimo, forzudo y de pocos amigos”. Primitivo
          Nerón tiene un olfato especial en la selva, ha caminado por los ca-
          minos de Dios por el norte argentino, donde aprendió a descubrir
          dónde hay agua, dónde puede estar oculta una cascabel, cómo cazar
          animales salvajes, tiene conocimientos sobre el comportamiento del
          clima, el pronóstico de lluvias. Cruzaron cerca al fortín 27 de No-
          viembre, Leoluca advirtió que el lugar había cambiado, tiene remotos
          recuerdos de donde nació, o al menos así le dijeron. La vivienda de
          su expatrón, que le enseñó a ensillar mulas ya no estaba, apenas unos
          rastros de lo que un día fue su vivienda, decían que unos colonos del
          altiplano asaltaron esta hacienda y no dejaron piedra sobre piedra.
          Pasan los días y las noches sin novedad. La noche es como un supli-
          cio para los tres, la presencia de víboras es un tormento, especial-
          mente para Quinteros-Quint. Ir “al baño” es un suplicio, porque todo
          se lo hace a la intemperie. Una noche, el rumbero le salvó milagro-
          samente la vida ya que una víbora cascabel estuvo a punto de mor-
          derlo, salió gritando con los pantalones abajo. Allí van los tres
          enviados sufriendo toda clase de peripecias, pero como fueron con-
          tratados, deben cumplir su palabra y recorrer los 11 hitos. Ya reci-
          bieron parte de su pago.

          Posteriormente constataron que los hitos V y VI no han sido remo-
          vidos, sus revestimientos no han sufrido daños.  En el hito VII coro-
          neles Sánchez, descubren que no ha sido dañada la estructura de
          cemento. Y así avanzan con la esperanza de cumplir su misión. Y
          siempre la soledad del Chaco cruceño, casi inhóspito, perdidos en
          páramos donde hubo una guerra entre dos naciones, una de las tantas
          guerras que no sirvieron para nada.
          Los alimentos van escaseando, especialmente el café y el charque,
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