Page 82 - historia de españa
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En sus filas se distinguían dos grupos: uno se oponía abiertamente al régimen republicano y
estaba integrado por los monárquicos, los tradicionalistas o carlistas y los grupúsculos fascistas,
como las juntas de Ofensiva nacional Sindicalista (JONS) y la Falange Española (FE), fundada por
José Antonio Primo de Rivera.
El otro grupo aceptaba la República para transformarla en sentido conservador, aquí
destacaba la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). El dirigente más destacado
de la CEDA era José María Gil Robles.
Bienio de derechas (1933-1936)
Con la abstención de los anarquistas y elevada participación católica, los españoles
acudieron a las elecciones, cuando la crisis económica mundial alcanzaba su mayor intensidad. La
agitación social, la miseria, el desencanto del reformismo azañista y la división de las izquierdas
dieron un giro a la República, con la victoria de los partidos de derechas.
Los primeros gobiernos del bienio derechista fueron ocupados por los radicales, con
Lerroux como presidente, y con el apoyo parlamentario de la CEDA. Su programa político consistió
en rectificar o suspender algunas de las reformas del periodo de Azaña: se modificó la política
religiosa, propiciando un acercamiento al Vaticano. Se devolvieron tierras a la nobleza. Se concedió
la amnistía a los condenados por la “sanjurjada” de 1932. Comenzaron los enfrentamientos con la
autonomía catalana. Se produjo un crecimiento espectacular de la conflictividad social.
El deterioro de las condiciones laborales y la arrogancia de los patronos, amparados en la
victoria electoral de 1933, desató graves conflictos, como la huelga campesina de junio de 1934 en
Andalucía y Extremadura. Pocos meses después del triunfo de la derecha, sectores del PSOE y de la
UGT prepararon una insurrección armada que debía ir acompañada de una huelga general. Sin
embargo, el motivo con el que se justificó el estallido de la sublevación fue la entrada de miembros
de la CEDA en el gobierno de Lerroux.
Los partidos de izquierdas identificaban a la CEDA con el fascismo. Así, temiendo que Gil
Robles diera un golpe de Estado desde el poder, el 5 de octubre, la UGT hizo un llamamiento a la
huelga general, a la que la CNT sólo se sumó en Asturias. La insurrección sólo triunfó durante dos
semanas en Asturias, donde varios comités de obreros tomaron el poder. La revolución asturiana
fue duramente reprimida por el ejército de África, comandado por el general Franco. La
insurrección fracasó y los principales dirigentes obreros fueron detenidos o tuvieron que exiliarse.
También tuvo eco en lugares como Madrid, donde hubo luchas en los barrios obreros, y en