Page 135 - Encuentra tu persona vitamina
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Por tanto, ser aceptados por nuestros progenitores cuando nacemos es
fundamental. Si eres padre, piensa en cómo ves a tus hijos. Sigo conociendo
historias donde hay padres que me reconocen no sentirse orgullosos de sus
pequeños, y que, de alguna manera, se lo hacen saber. El rechazo, en todos
sus aspectos, marca al ser humano y en los casos de padres a hijos, de forma
muy perjudicial y dañina.
Mucha gente se tortura con esa vocecita que no deja de ser una réplica de
lo que escuchaba en la infancia de boca de sus seres queridos. Esa voz
interior tiene un impacto esencial:
— En la seguridad en ti mismo y tu capacidad de tomar decisiones.
— En tu autoestima (cómo te tratas a ti mismo).
— En tu comportamiento. Aquí pueden suceder dos cosas: por un lado,
que entiendas tu infancia, la sanes y la superes y, por tanto, que seas
capaz de marcar tu propio camino libre de esas heridas. Pero puede
ocurrir lo contrario, que ese lastre te siga perjudicando al no haber
sido capaz de curarlo o trabajarlo en tu vida.
E L CASO DE M ARÍA
María es ingeniera industrial, trabaja en una multinacional y habla cuatro idiomas. Tiene treinta años y
le falta motivación.
—Estoy muy insatisfecha con mi vida, no me gusta en quién me estoy convirtiendo. Desde pequeña
he estudiado muchísimo, mis padres eran muy exigentes conmigo y con mi hermano y nunca se nos
permitió sacar menos de un sobresaliente. Todos los días teníamos varias extraescolares y nos
despertaban una hora antes para aprender música. Siempre me he esforzado y he renunciado a planes
y a viajes con amigos por los estudios y el trabajo. En mi vida había horarios y actividades
programadas. No se nos permitía perder el tiempo. Tengo la sensación de haber vivido toda mi vida en
tensión. Mis padres nos decían que se sentían orgullosos si no fallábamos y éramos los números uno.
Prosigue.
—Ahora no sé qué me pasa, pero vivo en una situación de insatisfacción constante, nada me llena.
Tengo que estar continuamente haciendo cosas en el trabajo o en casa. Limpio, ordeno escuchando
algún podcast de historia para aprovechar las horas. Siempre estoy pensando en actividades para
hacer y cuando paro o descanso me siento mal conmigo misma. Es como si me diera cargo de
conciencia.
Como es lógico, hay muchas causas que pueden subyacer tras el malestar
de María, pero tengo claro que su actual voz interior no le permite descansar
y parar sin sentirse culpable. Está más acostumbrada al activismo y la
hiperexigencia que al disfrute y la calma. Una grabadora repleta de «debe
ser» crea adultos perfeccionistas que no se permiten un fallo, y no olvidemos