Page 216 - Encuentra tu persona vitamina
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va unido a una característica que molesta especialmente: no están disponibles
cuando de verdad se les necesita.
Suelen culpar a los demás de sus contratiempos, lo que a la larga genera
problemas de autoestima en el otro.
EL AMARGADO
Las personas amargadas te apagan y te quitan la luz que tienes dentro.
Llenan de tristeza tu corazón y tu mente en cuestión de minutos. Arrastran un
halo de tristeza que te contagia cuando estás cerca de ellos. Muchas requieren
ayuda porque están en un proceso depresivo o tienen una biografía con
grandes heridas que necesitan ser cuidadas con mimo.
Ese carácter amargado se retroalimenta, puesto que al no resultar
atractivos se van aislando y cada vez cuentan con menos personas a su
alrededor que son, en definitiva, las que acaban sufriéndoles con gran
desgaste psicológico.
EL QUE JUZGA
Siempre tienen una palabra para comentar tu vida, tu relación de pareja, la
educación que le das a tu hijo, tu físico o tu trabajo. Se sienten llamados a
opinar sobre todo aquello que tenga que ver contigo, normalmente sin
limitaciones y bordeando la mala educación, hiriendo al otro, que lo encaja
como un ataque y una agresión directa.
La sensación percibida es que estás siendo regañado siempre. Se da con
frecuencia en la relación con padres que conservan la costumbre de «educar»
cuando ya pasó el momento vital para ello.
Todos tenemos defectos. El hecho de que alguien nos los corrija —aunque
sea con cariño— genera malestar. Es muy difícil y requiere mucho tacto y
delicadeza corregir a alguien sin herirle. Estas personas constantemente
reprochan y analizan nuestro comportamiento. Hay que prestar atención a si
este tipo de actitudes comienza en una relación, porque sentirnos juzgados y
examinados siempre suscita una dinámica muy peligrosa para la subsistencia