Page 35 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
P. 35
Vamos a abrir estos cuatro melones.
Idealización de la otra persona
— Oye, en mi idealización de ti, tú molabas más.
Si quieres saber si estás idealizando a otra persona, plantéate si de
verdad la conoces, si sabes cómo respondería a situaciones de tensión y
sobre todo si le ves defectos. Si no se los ves, es muy probable que la
estés idealizando.
¿Por qué idealizamos? Nuestro cerebro quiere que sobrevivamos y
que procreemos. ¿Crees que sería fácil que nos reprodujésemos si el
cerebro no nos engañara un poquito al principio de nuestras relaciones?
¿Si hubieras sabido cómo huelen los pedos de tu pareja nada más
conocerla, habrías durado con ella? Pues ahí lo tienes. El cerebro nos
hace idealizar para que sea más sencillo crear un vínculo con otras
personas y procrear.
Todos los individuos nos hacemos una idea mental del resto de
personas y de nosotros mismos. ¿Recuerdas lo que expliqué en el
primer capítulo de que el cerebro resume la información para crear
conceptos mentales? Pues nuestro cerebro resume el significado que
tiene una persona para nosotros en una imagen de ella. Esto hace que
tanto Víctor como Eva no se vean el uno al otro como son, sino rodeados
de unicornios y arcoíris.
Cuando tenemos un vínculo con alguien, le indicamos al cerebro que
la otra persona es importante. Cuando la relación se acaba, el cerebro
necesita tiempo para descargarse la nueva «actualización» de la app en
la que esa persona vuelve a ser normal y corriente como las demás.