Page 87 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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sean  de  una  manera  concreta  para  estar  bien,  lo  cual  a  su  vez  nos
               ayuda a enfadarnos menos.

                  Te  dejo  una  lista  de  ideas  que  puedes  hacer  para  entrenar  tu

               flexibilidad mental:


                      Pide en un restaurante la opción del menú que menos te apetezca (pero que también te
                      guste, no hace falta torturarse).
                      Si te duchas por la mañana, dúchate por la noche y viceversa.
                      Haz algo entre semana que normalmente harías el fin de semana y viceversa (pero sin
                      que te despidan del trabajo, por favor).
                      Conoce gente nueva, habla con gente que no conoces.
                      Ponte ropa que normalmente no te pondrías, sin llegar a sentirte incómodo.
                      Cambia la forma de ir al trabajo o el recorrido si te resulta posible (si vas andando, cambia
                      de acera o ve por otra calle).
                      Busca aficiones nuevas, como bailar, ir a clases de canto, nuevo deporte, etc.
                      Cambia algún plan con tus amigos.
                      Duerme en un lado distinto de la cama.
                      Adopta  un  gato  (después  de  que  te  despierte  a  las  tantas  y  de  que  rompa  cositas,  te
                      vuelves flexible o mueres).


                  Ahora coge tu calendario del móvil o agenda y comprométete contigo
               mismo  a  hacer  al  menos  una  a  la  semana.  Si  flexible  quieres  ser,

               cambios en tu vida deberás hacer.
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