Page 91 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
P. 91
3.
YO
conmigo mismo
No hay nada más chungo que llevarnos mal con nosotros mismos,
porque de nosotros mismos no podemos huir.
Entre que reprimo mis emociones, que evito las situaciones
incómodas y que no reconozco mis mierdas, el milagro es
que sepa qué coño me pasa.
En el capítulo anterior expliqué que las relaciones son como un baile y
que los pasos los aprendemos de nuestros padres, sociedad, cultura,
iguales, etc. Pues con nosotros mismos también nos relacionamos como
si bailáramos; y esa forma de bailar también está afectada por cómo
todas esas influencias bailaron con nosotros cuando estábamos creando
nuestra idea de nosotros y de cómo deben ser las relaciones.
Si tenemos la mala suerte de haber crecido en un contexto en el que
nos chafaron los pies al bailar o vimos que nuestros cuidadores se los
chafaron a sí mismos, es normal que hayamos aprendido que bailar con
nosotros consista en aplastarnos los pies.
Esta «chafada» de pies puede consistir en hablarnos mal, en no
cuidarnos, en no expresar nuestras emociones, en no poner límites, en