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I Los jardines prehispánicos mexicanos que dejaron
ntroducción
boquiabiertos a los conquistadores españoles son
Las plantas tienen un papel fundamental
mundo (Mendoza y Lugo, 2011), los cuales fueron
en la salud y bienestar de los seres vivos. considerados los primeros jardines botánicos del
Proporcionan el oxígeno que respiramos, absorben inspiración para construir los primeros jardines
los contaminantes del aire, agua y suelo, botánicos europeos en el siglo XVI (Gómez-Pompa,
inmovilizándolos y transformándolos en productos 2009). Muchas de las plantas mexicanas, como la
útiles para su crecimiento. Las plantas son dalia, el cempasúchil, nardo, noche buena,
importantes reguladores de la temperatura magnolia, flor de mayo, diversas orquídeas,
ambiental, de hecho son reguladores del cambio agaves y cactáceas ornamentales fueron llevadas
climático global, a nivel local generan la sombra a Europa y de ahí al resto del mundo dónde se han
que nos protege del calor. Desde el punto de vista aclimatado y diversificado (Linares y Bye, 2014).
estético, las flores, sus colores y sus aromas, son
fuente de paz y tranquilidad para las personas que En la Historia Natural de la Nueva España, escrita
buscan un momento de relajación y descanso. Los en 1577, Francisco Hernández (2010) registró las
cantos de las aves que anidan en sus ramas son flores de ornato más emblemáticas del pueblo
también fuente de bienestar y equilibrio mexicano. Sin embargo, para los españoles de la
emocional. época tales flores no eran de utilidad práctica
porque no tenían ningún beneficio económico
Durante el tiempo glorioso del imperio azteca, la para ellos, por lo que muchas plantas de ornato
clase gobernante construía bellos y majestuosos fueron minimizadas o excluidas de sus inventarios,
jardines, siguiendo la tradición tolteca, por el solo teniendo interés sólo por las plantas medicinales o
placer de deleitarse con la hermosura, fragancia y comestibles que pudieran ser explotadas
elegancia de las flores. En tales jardines, los comercialmente (Linares y Bye, 2006). Este
monarcas plantaban y coleccionaban flores pensamiento materialista, contrasta con el
nativas y exóticas, traídas desde los ambientes más pensamiento y valores de los indígenas mexicanos,
diversos de su imperio (Heyden, 2002; Velasco, para quienes las flores eran sagradas ya que eran
2002). El gusto y amor que los mexicas profesaban el producto más hermoso de la madre tierra, por lo
por sus plantas, y en particular por las flores, fue mismo, las flores revestían una importancia
documentado por los españoles prácticamente al mágica, religiosa, ritual y espiritual (del Paso y
inicio de la conquista (Linares y Bye, 2006). Hernán Troncoso, 1988; de Sahagún, 2002; Hays-Guilpin y
Cortés y Bernal Díaz del Castillo, quedaron Hill, 1999; Hill, 1992). En su magna obra, Hernández
sorprendidos y maravillados con la belleza, diseño, hace poca alusión a las flores de ornato,
arquitectura y funcionalidad de los magníficos sorprendiéndose de que éstas sólo se utilizaran
jardines mexicanos, herencia de los toltecas, para hacer “coronas, ramilletes o pulseras
ancestros de los otomíes (del Paso y Troncoso, perfumadas” que los indios usaban como adorno
1988; Heyden, 2002; Velasco, 2002). personal. Por ejemplo al torito o
coatzontecoxóchitl lo describió de la siguiente
“…tenían los mexicanos un gusto exquisito en la manera:
cultura de huertas y jardines que habían plantado
con bello orden, árboles frutales, hierbas medicinales, “…flores hermosas o dignas de verse o flores
flores de que hacían grande uso por el sumo placer exquisitas; con olor de azucena; que apenas podría
que en ellas tenían los mexicanos y por la costumbre describirse con palabras o reproducirse dignamente
que había de presentar a los reyes, señores con un pincel; la cual es muy buscada y apreciada
embajadores y otras personas, ramilletes de flores, por los príncipes indios a causa de su hermosura y
además de la excelsa cantidad que se consumía en elegancia” Francisco Hernández (Linares y Bye, 2006,
el culto de los dioses, así en los templos como en los p. 49).
oratorios privados…El señor de Iztapalapa tenía
dentro de su vasto palacio varios jardines y una gran La costumbre de plantar árboles y flores de ornato
huerta, cuya grandeza, disposición y hermosura quedó tan arraigada al pueblo mexicano que hoy
asombró a los españoles conquistadores, entre los en día la gente indígena y en general, todo el
cuales se menciona a Hernán Cortes y Bernal Díaz”.
Clavijero, 1945 (en Heyden, 2002, p. 20) pueblo de México, sigue profesando un amor por
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Año 10 Núm. 29 mayo-agosto 2024 Tlahuizcalli ISSN: 2448-7260