Page 455 - Hauser
P. 455

V





                                             Historia social de  la  literatura y el arte







             disfrute de  la vida.  La modernidad se convierte en  consigna estéti­



             ca y moral de la juventud que  «llama a la puerta»  y exige que se le


             dé  entrada.  El  ideal de autorrealización  de  Ibsen, el querer dar ex­


             presión  a  la  propia  personalidad  y  obtener  para  ella  el  reconoci­


             miento  se convierte  en  contenido  y objetivo  de  la vida.  Y aunque



             sigue  sin  estar claro  qué  es  lo  que  se  entiende  habitualmente  por


             «autorrealización»,  la  seguridad  moral  de  la  antigua  burguesía


             mundial  se  hunde  ante  los  ataques  de  la  nueva generación.  Hasta



             1875,  aproximadamente,  la  juventud  tiene  enfrente  una  sociedad


             que  es,  en  términos generales,  estable,  confiada en  sus  tradiciones


             y  convencionalismos,  y  respetada  incluso  por  sus  adversarios;  se


             siente  esto  no sólo  en una Jane Austen,  sino  incluso en  una Geor­



            ge Eliot, que  se  apoyan en  un orden  social  que,  si  no exactamente


             ideal  y  para  ser  aceptado  incondicionalmenre,  no  es,  desde  luego,


             despreciable  o  simplemente  sustituible.  Ahora,  en  cambio,  todas



             las  normas  de  la vida  social  cesan  súbitamente  de  ser  reconocidas


             como válidas;  todo comienza a vacilar,  todo se vuelve problemáti­


             co y abierto a discusión.


                       La  tendencia  liberal  en  el  arte  y  la  literatura  ingleses  de  los



            años  ochenta  representa  un  liberalismo  apolítico,  incluso  aunque


            haya una estrecha conexión entre la búsqueda de la autorrealización


            por parte de la generación joven y las antiguas formas supraindivi-



            duales, de un lado, y la nueva situación política y social, de otro247.


            Esta generación  joven es  totalmente  hostil a  la  burguesía,  pero  no


            es,  en  conjunto,  democrática  ni  tampoco  socialista  en  modo algu­



            no.  Su  sensualismo  y  su  hedonismo,  su  designio de disfrutar de  la


            vida y embriagarse con ella, de hacer de la propia vida una obra de


            arte, de convertir cada hora de esta vida en  una experiencia inolvi­


            dable e insustituible, asume con  frecuencia un carácter antisocial y



            amoral.  El movimiento antifilisteo no se dirige contra la burguesía


            capitalista, sino contra la burguesía torpe y que desdeña el arte. En


            Inglaterra,  todo el  movimiento de modernidad está dominado por


            este odio al  filisteo,  odio que,  incidentalmente, se convierte en  un



            nuevo convencionalismo mecánico.  La mayoría de los cambios que







                       247  Bernhard Fehr, D ie engl.  Lit.  des  19.  u.  20. Jabrh.,  1931, pág.  322.






                                                                               456
                                                                                                                                                                         r
                                                                                                                                                                       A
   450   451   452   453   454   455   456   457   458   459   460