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V
Historia social de la literatura y el arte
disfrute de la vida. La modernidad se convierte en consigna estéti
ca y moral de la juventud que «llama a la puerta» y exige que se le
dé entrada. El ideal de autorrealización de Ibsen, el querer dar ex
presión a la propia personalidad y obtener para ella el reconoci
miento se convierte en contenido y objetivo de la vida. Y aunque
sigue sin estar claro qué es lo que se entiende habitualmente por
«autorrealización», la seguridad moral de la antigua burguesía
mundial se hunde ante los ataques de la nueva generación. Hasta
1875, aproximadamente, la juventud tiene enfrente una sociedad
que es, en términos generales, estable, confiada en sus tradiciones
y convencionalismos, y respetada incluso por sus adversarios; se
siente esto no sólo en una Jane Austen, sino incluso en una Geor
ge Eliot, que se apoyan en un orden social que, si no exactamente
ideal y para ser aceptado incondicionalmenre, no es, desde luego,
despreciable o simplemente sustituible. Ahora, en cambio, todas
las normas de la vida social cesan súbitamente de ser reconocidas
como válidas; todo comienza a vacilar, todo se vuelve problemáti
co y abierto a discusión.
La tendencia liberal en el arte y la literatura ingleses de los
años ochenta representa un liberalismo apolítico, incluso aunque
haya una estrecha conexión entre la búsqueda de la autorrealización
por parte de la generación joven y las antiguas formas supraindivi-
duales, de un lado, y la nueva situación política y social, de otro247.
Esta generación joven es totalmente hostil a la burguesía, pero no
es, en conjunto, democrática ni tampoco socialista en modo algu
no. Su sensualismo y su hedonismo, su designio de disfrutar de la
vida y embriagarse con ella, de hacer de la propia vida una obra de
arte, de convertir cada hora de esta vida en una experiencia inolvi
dable e insustituible, asume con frecuencia un carácter antisocial y
amoral. El movimiento antifilisteo no se dirige contra la burguesía
capitalista, sino contra la burguesía torpe y que desdeña el arte. En
Inglaterra, todo el movimiento de modernidad está dominado por
este odio al filisteo, odio que, incidentalmente, se convierte en un
nuevo convencionalismo mecánico. La mayoría de los cambios que
247 Bernhard Fehr, D ie engl. Lit. des 19. u. 20. Jabrh., 1931, pág. 322.
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