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Historia social de la literatura y el  arte







              to  entre el sujeto creador y su obra como entre el  sujeto receptor y



              su goce del arte.  El movimiento a motor,  mecánico,  autodinámico,


              es  el  fenómeno  básico del  cine.  Correr en vehículo y  a pie, viajar y


              volar,  escapar y perseguir,  superar obstáculos  espaciales,  es  el  tema


              cinematográfico  por  excelencia.  El  cine  nunca  se  siente  tan  en  su



              elemento como cuando tiene que describir movimiento, velocidad y


              andar.  Las  maravillas  y  los  sorprendentes  trucos  de  instrumentos,


              autómatas y vehículos están entre sus más antiguos y eficaces temas.



              Las  antiguas  comedias  cinematográficas  expresaban  unas  veces  in­


              genua admiración,  otras,  arrogante desprecio de  la  técnica, pero en


              la mayoría de los casos eran el autodespedazarse del hombre cogido


              en  las  ruedas  de  un  mundo  mecanizado,  El  cine  es,  ante  todo,  una



              «fotografía», y ya como tal es un arte técnico, con orígenes mecáni­


              cos  y  orientado  hacia  la  repetición  mecánica27;  en  otras  palabras,


              gracias  a la economía de su  reproducción,  un arte popular y funda­



              mentalmente «democrático». Es perfectamente comprensible que le


              viniera bien al bolchevismo con su apasionamiento por la máquina,


              su fetichismo de  la técnica y  su admiración por la eficacia.  Lo mis­


              mo que es comprensible que rusos y estadounidenses, como pueblos



              de mentalidad más técnica, fueran socios y rivales en el desarrollo de


              este arte. El cine no estaba, sin embargo, sólo de acuerdo con el tec­


              nicismo de  unos  y  otros,  sino  también  con  su  interés  por lo docu­



              mental,  los  hechos  y  lo  real.  Las  más  importantes  obras  de arte ci­


              nematográfico  ruso  son,  en  cierto  modo,  películas documentales,  y


              lo  mejor que  debemos  al  cine estadounidense  consiste  en  la repro­


              ducción  documental  de  la vida estadounidense,  de  la  diaria rutina



              de la máquina económica estadounidense,  de  las ciudades de rasca­


              cielos y de las granjas del Medio Oeste, la policía estadounidense y


              el  mundo  de  los gánsteres.  Porque una película es  tanto  más cine­



              mática cuanto mayor parte tienen los hechos extrahumanos y mate­


              riales en su descripción de la realidad; en otras palabras, cuanto ma­


              yor es la conexión en tal descripción entre el hombre y el mundo, la


              personalidad y el ambiente, el fin y los  medios.








                        21  Walter  Benjamín,  L’oeuvre  d’art  a  Uépoque  de  sa  reproductton  mécanisée,  en


              «Zeitschr.  für Sozialforschung»,  1936,  V /l, pág.  43.





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