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Bajo el signo del cine
para convertirse en autónoma: «¿Es Aquiles concebible en una era
de pólvora y plomo? O ¿para qué sirve litada en esta época de pren
sa y de rotativa? ¿No tienen que perder necesariamente su signifi
cado la canción y la leyenda en la época de la prensa? Pero la difi
cultad no es que el arte y la épica griega estén unidos a ciertas
formas de desarrollo social, sino, más bien, que nos den a nosotros
satisfacción estética hoy, que en un sentido actúen como norma,
como modelo inalcanzable.» Las obras de Eisenstein y Pudovkin
son, en algunos aspectos, las epopeyas heroicas del cine; que sean
consideradas como modelo, independientemente de las condiciones
sociales que hicieron posible su realización, no es más sorprenden
te que el que Homero nos proporcione todavía suprema satisfac
ción artística.
El cine es el único arte en el que la Rusia soviética tiene cier
tos logros a su favor. La afinidad entre el nuevo Estado comunista
y la nueva forma de expresión es evidente. Ambos son fenómenos
revolucionarios que avanzan por caminos nuevos, sin pasado histó
rico, sin tradiciones que aten y paralicen, sin premisas de naturale
za cultural o rutinaria de ninguna especie. El cine es una forma
elástica, extremadamente maleable, inexhausta, que no ofrece re
sistencia interior a la expresión de las nuevas ideas. Es un medio de
comunicación sin artificios, popular, que hace una llamada directa
a las amplias masas, un instrumento ideal de propaganda, cuyo va
lor fue inmediatamente reconocido por Lenin. Su atractivo como
entretenimiento irreprochable, es decir históricamente sin com
promiso, era tan grande desde el punto de vista de la política cul
tural comunista desde un principio, su estilo de libro de láminas,
tan fácil de abarcar, la posibilidad de usarlo para propagar ideas a
la gente sin cultura, tan sencilla, que parecía haber sido creado es
pecialmente para las finalidades de un arte revolucionario.
El cine es, además, un arte desarrollado sobre los cimientos es
pirituales de la técnica, y, por consiguiente, tanto más de acuerdo
con la tarea a él encomendada. La máquina es su origen, su medio y
su más adecuado objeto. Las películas son «fabricadas» y permane
cen enrolladas en un aparato, en una máquina, en un sentido más
estricto que los productos de las otras artes. La máquina se sitúa tan
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