Page 9 - Los caminos de Virginia
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grupos subversivos. Sin embargo, existe otro fenómeno más reciente que se ha venido
manifestando poderosamente y que nos ha costado de igual manera cuantiosas vidas y éste
es el fenómeno del narcotráfico, sin mencionar los problemas de desigualdad y exclusión
social que han ido creciendo en los últimos tiempos. No es el objetivo de este trabajo
explorar la naturaleza de estos conflictos, pero no deja de ser pertinente mencionar algunos
eventos que sucedieron a través de estos años, y la obra de César Torres del Río a propósito
de la historia más reciente de Colombia, titulada Colombia siglo XX, Desde la guerra de los
mil días hasta la elección de Álvaro Uribe, es la guía en la que he confiado para rastrear lo
acontecido a mediados de la década de los cincuenta en adelante.
El rastreo comenzará dos años antes del asesinato de Gaitán, cuando Mariano Ospina Pérez
instaló su gobierno en 1946 con un gabinete bipartidista con la idea de hacerle frente al
“fantasma” del comunismo y hacer del país una gran empresa de producción. Por otro lado,
se manifestaba la oposición de Gaitán, un movimiento popular que se presentaba como una
alternativa frente a la alianza entre liberales y conservadores. El 9 de abril de 1948 mataron
a Gaitán. Si bien no se ha logrado definir su autor intelectual, las sospechas de conspiración
de un sector del partido liberal hacia el partido conservador en aquel momento fueron
suficientes para que la desilusión y la ira se tomaran Bogotá y otras regiones del país,
dejando cuantiosas muertes, incendios y saqueos. A este evento se le bautizó de forma
equívoca “El Bogotazo”. Tanto el gobierno, como el ejército y la clase dominante de los dos
partidos lograron controlar las acciones por unos días. Así pues, el gobierno de Ospina
propuso un acuerdo entre los dos partidos. Tal acuerdo consistía en que no habría
elecciones presidenciales, sino que se nombraría un ejecutivo bipartidista en el que dos
liberales y dos conservadores se alternarían el poder. En noviembre, los liberales intentaron
adelantar un juicio contra el presidente Ospina con la intención de destituirlo, pero Ospina
cerró el congreso con la ayuda de las Fuerzas Armadas, decretó el Estado de Sitio, impuso la
censura de prensa e incrementó la vigilancia.
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