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a algunos sacerdotes de sus diócesis para los estudios de las cuestiones económicas y,
a que cada cierto tiempo se convocaran reuniones de los encargados de las diversas Cabe destacar
diócesis para intercambiar información y unir esfuerzos. que ha sido Kette-
ler el primero en
Ketteler no solo ha censurado a los patronos, sino también a los obreros, a quienes dirigía
duras palabras y verdades desagradables. No creía que la violencia entre patrón y proletario defender y luchar
trajera ningún buen fruto; más bien buscaba aquello que les unía: la justa relación entre ambas por la jornada la-
partes. “Para sanar los males sociales no es suficiente con que vistamos o alimentemos a al- boral de 8 horas
gunos pobres más… sino que tenemos que sanar ese odio profundo y enraizado entre el rico diarias, así como
y el pobre (…) La sola limosna no puede responder a las inquietudes de los trabajadores, el descanso domi-
sino que debe ir acompañada de una reforma de la estructura social”. (AA.VV. Movido por nical.
una firme voluntad de justicia; Trad. de Hna. Lucina Hennes, p. 38)”

Uno de los mayores logros sociales de Ketteler se ve plasmado en la prédica que dirige
a más de 10.000 obreros reunidos en Liebfrauenheide, Offenbach, un 25 de Julio de 1869.
El discurso titulaba “Movimiento obrero y sus relaciones con la religión y la moral” y en él
Ketteler va examinando ante su auditorio obrero, las reivindicaciones obreras y sus
relaciones con la moral y la religión que a continuación detallamos:

• La primera de todas estas reivindicaciones es el la familia lo cual constituye el más grande peligro
aumento de salario correspondiente al verdadero de la clase obrera.
valor del trabajo.
• La quinta reivindicación social de Ketteler era la
• La segunda reivindicación del obrero es la dismi- prohibición de las mujeres y madres de familia
nución de horas de trabajo. El recorte laboral es en las fábricas. Una familia donde el padre y la
legítimo en muchos casos y útil a condición de madre se hallan lejos por el trabajo más de 14
que el obrero emplee el tiempo ganado en cumplir horas diarias no es más una familia; la madre no
para con la familia sus deberes de padre o hijo y puede ya hacerse cargo de sus hijos ni de su ho-
los propios. gar, ni el hogar por tanto, logra ya mantenerse
como tal en su significado más profundo.
• La tercera reivindicación apunta al descanso do-
minical. Nada más justo y provechoso, puesto • La sexta reivindicación social es la prohibición de
que la religión santifica el día de reposo. las adolescentes y jóvenes en las fábricas. Dado
que el jornal de una mujer y más aún de una joven
• La cuarta reivindicación es la prohibición del tra- o adolescente era menor que el del salario pagado
bajo de los niños en las fábricas, cuando están a los hombres, los dueños las contrataban para be-
en la edad de ir a la escuela; con el trabajo de los neficiarse con mano de obra barata.
niños en las fábricas, se destruye el espíritu de

Ketteler ha sido una de las personas más destacadas y valientes del siglo XIX en la lucha por
la libertad de la conciencia y de la Iglesia, y sobre todo el iniciador del pensamiento y movimiento
social católico, dejando una doctrina social clara al Zentrum, partido político alemán que re-
presentaba al pueblo católico especialmente en pleno gobierno de Bismarck.
Se ha dicho que la primera encíclica social, la Rerum Novarum (1891), llegaba con retraso,
cuando ya el movimiento obrero se había integrado en el socialismo, al margen de la Iglesia
y, muchas veces, contra ella. Sin embargo, es conocida la influencia que había ejercido la
obra de Ketteler en la dirección social que había asumido el Papa León XIII, quien nombraba
a Ketteler como “nuestro predecesor”.
Fuente: Cristina Vidal Zapatero.

Todo el querer de Ketteler podemos resumirlo del siguiente modo: hacer el bien al pueblo.
Por ello es conocido como el Obispo Social de la Iglesia.

NMT