Page 106 - e-book
P. 106

AUTOR                                                                                               Libro
               semana al colegio, pero nunca estaba en casa cuando iba a verle. Y cuando regresó,
               parecía... parecía flipado. Aterrorizado. Quil y yo intentamos que nos contara qué iba
               mal, pero no ha querido hablar con ninguno de nosotros.
                     Miré fijamente a Jacob, mordiéndome el labio inferior con ansiedad, ya que él
               parecía realmente asustado, pero no me correspondió la mirada. Se limitó a observar
               su   pie   golpeando   el   caucho   como   si   perteneciera   a   otra   persona.   El   ritmo   se
               incrementó.
                     —Y entonces esta semana, como si nada, Embry apareció con Sam y los demás.
               Hoy también estaba en los acantilados —su voz se había atenuado y sonaba tensa.
                     Finalmente me miró.
                     —Bella, ellos le han estado rondado todo el tiempo, incluso más que a mí.
               Embry no quería tener nada que ver con ellos y ahora, de repente, sigue a Sam como
               si se hubiera unido a una secta.
                     »Y así es como ocurrió con Paul. Exactamente igual. No era amigo de Sam en
               absoluto. Después, dejó de venir a la escuela un par de semanas y, cuando volvió,
               súbitamente pertenecía a Sam. No sé lo que esto significa. No tengo la menor idea y
               siento que debería hacer algo, ya que Embry es mi amigo y Sam pone cara de burla
               cuando me mira y... —dejó inacabada la frase.
                     —¿Has   hablado   de   esto   con   Billy?   —le   pregunté.   Su   miedo   se   estaba
               extendiendo hasta alcanzarme. Sentía cómo me recorrían la nuca los escalofríos.
                     Ahora, la ira afloró a su rostro.
                     —Sí —bufó—, y sirvió de gran ayuda.
                     —¿Qué te dijo?

                     La   expresión   de   Jacob   fue   sarcástica   y,   cuando   habló,   su   voz   parodió
               burlonamente la entonación profunda de la voz de su padre.
                     —No es nada de lo que tengas que preocuparte ahora, Jacob. Dentro de unos
               años, si tú no... bueno, te lo explicaré más adelante —ahora su voz volvió a ser la
               suya—. ¿Qué se supone que tengo que entender de esa explicación? ¿Está intentando
               decirme que es alguna estúpida cosa relativa a la pubertad o algún rito de paso a la
               edad adulta? Parece algo más. Algo chungo.
                     Se mordió el labio inferior y se retorció las manos. Parecía a punto de echarse a
               llorar.
                     Le   abracé   de   forma   instintiva,   envolviendo   su   cintura   con   mis   brazos   y
               presionando mi rostro contra su pecho. Era tan grande que me sentía como una niña
               abrazando a un adulto.
                     —¡Oh, Jake, todo va a ir bien! —le prometí—. Si las cosas se ponen peor, puedes
               venirte a vivir conmigo y con Charlie. ¡No tengas miedo, ya pensaremos en algo!
                     Se quedó rígido durante un segundo y luego sus largos brazos me envolvieron
               titubeantes.
                     —Gracias, Bella —su voz era más hosca de que costumbre.
                     Estuvimos así un momento y no me molestó; de hecho, el contacto me sirvió de
               consuelo. No había sentido nada parecido desde la última vez que alguien me habla
               abrazado así. Esto era amistad. Y Jacob era una persona muy cálida.




                                                                                                   - 106 -
   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110   111