Page 146 - Frankenstein
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Mientras regresábamos, Elizabeth me dijo:
No sabes, querido Víctor, lo tranquila que me
encuentro ahora que confío en la inocencia de
esta infeliz muchacha. No hubiera vuelto a co-
nocer la paz de haberme equivocado con
Justine. Los pocos momentos que la creí culpa-
ble, sentí una angustia que no hubiera podido
soportar durante demasiado tiempo. Ahora me
siento aliviada. Se la castiga equivocadamente;
pero me consuela pensar que la persona a quien
yo creía llena de bondad no ha traicionado la
confianza que en ella puse.
¡Prima querida!, estos eran tus pensamientos
tan tiernos y dulces como tus propios ojos y la
voz que los expresaba. Pero yo, yo era un mise-
rable, y nadie puede concebir la agonía que
padecí entonces.