Page 401 - Frankenstein
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La historia es coherente y la ha contado con la na-
turalidad que da la verdad más sencilla; pero te con-
fieso que las cartas de Félix y Safie, que me enseñó, y
la visión del monstruo que tuvimos desde el barco,
me convencieron más que todas sus afirmaciones,
por muy coherentes y convincentes que parecieran.
No tengo ninguna duda, pues, de que existe seme-
jante monstruo; pero sin embargo estoy lleno de
asombro y admiración. He intentado que
Frankenstein me cuente en detalle la creación del ser;
pero sobre este punto permaneció inescrutable.
¿Está usted loco, amigo mío? ––me contestó—.
¿Hasta dónde le va a llevar su absurda curiosidad?
¿Es que quiere crear, también, un ser diabólico, ene-
migo suyo y del mundo? Si no, ¿a dónde quiere ir
aparar con sus preguntas? ¡No insista! Aprenda de
mis sufrimientos, y no se empeñe en aumentar los
suyos.
Frankenstein observó que tomaba notas de su na-
rración; quiso verlas, y él mismo las corrigió y au-
mentó en muchos puntos; sobre todo en los diálogos
con su enemigo, a los que dotó de mayor autentici-
dad.