Page 403 - Frankenstein
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Nuestras conversaciones no se limitan tan sólo a
su historia y la de sus desgracias. Demuestra poseer
un gran conocimiento de la literatura, y una aguda y
rápida percepción. Su elocuencia cautiva y conmue-
ve; hasta el punto de que, cuando narra un episodio
patético, o intenta provocar la piedad o el cariño, no
puedo escucharlo sin que los ojos se me llenen de
lágrimas. qué magnífico hombre debió ser en sus
tiempos de felicidad para mostrarse tan noble aun en
la desgracia! Parece tener conocimiento de su propia
valía, y de la magnitud de su ruina.
Cuando era joven ––me dijo un día–– sentía como
si hubiera nacido para llevar a cabo grandes cosas.
Tengo una naturaleza sensible; pero poseía entonces
una serenidad de juicio que me capacitaba para
triunfar. Este convencimiento de mi valía me ha
sostenido en situaciones en que otros hubieran su-
cumbido; pues me parecía poco digno malgastar en
vanas lamentaciones unos talentos que podían ser de
utilidad a mis semejantes. Cuando recuerdo lo que
he conseguido, nada menos que la creación de un ser
racional y sensible, no me puedo considerar simple-
mente como uno más entre el conjunto de científicos.