Page 406 - Frankenstein
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traiciona, salvo que esta inclinación se haya manifes-
tado desde edad muy temprana, mientras que a un
amigo, pese a que su afecto sea inmenso, le puede
invadir, incluso a pesar suyo, la desconfianza. Pero
he tenido amigos a los que he querido no sólo por
costumbre o contacto, sino por sus cualidades perso-
nales; y donde quiera que me encuentre, la apacible
voz de Elizabeth y la conversación de Clerval siem-
pre susurrarán en mis oídos. Ellos han muerto; y en
mi soledad sólo hay un objetivo que pueda inducirme
a conservar la vida. Si me encontrara realizando una
importante empresa que revistiera utilidad para mis
semejantes, podría seguir viviendo para concluirla.
Pero no es éste mi sino; debo perseguir y destruir al
ser que creé; y entonces, sólo entonces habré cumpli-
do mi cometido en la tierra y podré morir.
2 de septiembre
Mi querida hermana:
Te escribo acechado por un grave peligro, e ignoro
si el destino me permitirá volver a ver mi querida
Inglaterra y a los amigos que allí viven. Me cercan
montañas de nieve que impiden la salida y amenazan