Page 402 - Frankenstein
P. 402

––Ya que ha anotado usted mi narración ––dio––,
   no quisiera que la posteridad la heredara en forma
   mutilada.
     Así ha transcurrido una semana, escuchando la
   historia más extraña que jamás hubiera podido con-
   cebir imaginación alguna. El interés que siento por
   mi huésped, y que ha despertado tanto su relato co-
   mo la nobleza y dulzura de su carácter, me ha sedu-
   cido la mente y  el alma por completo.
     Quisiera ayudarlo; pero ¿cómo aconsejar que siga
   viviendo a alguien tan infeliz y carente de toda espe-
   ranza? La única dicha de que puede gozar es la que
   experimentará preparando su dolorida alma para la
   paz y la muerte. Disfruta, empero, de algún consue-
   lo,  fruto  de  la  soledad  y  el  delirio:  cree,  cuando  en
   sueños conversa con los seres que le fueron queridos,
   y obtiene de esa comunicación cierto alivio para su
   sufrimiento o ánimo para la venganza, no que sean
   creaciones de su fantasía, sino que ciertamente son
   seres reales que, desde el más allá, vienen a visitarlo.
   Esta fe da a sus delirios una solemnidad que hace
   que me resulten casi tan imponentes e interesantes
   como la verdad misma.
   397   398   399   400   401   402   403   404   405   406   407