Page 413 - Frankenstein
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Todo ha concluido; vuelvo a Inglaterra. He perdido
   mis esperanzas de gloria y mi ansia de servir a la
   humanidad; y he perdido a mi amigo. Pero trataré,
   querida hermana, de contarte con detalle estos tristes
   sucesos; no quiero navegar rumbo a Inglaterra, y
   hacia ti, lleno de pesadumbre.
     El diecinueve de septiembre el  hielo  empezó  a  ce-
   der, y en la distancia escuchamos atronadores cruji-
   dos, así que las islas de hielo se resquebrajaban en
   todas las direcciones. Corríamos enorme peligro;
   pero, puesto que nada podíamos hacer, todo mi inte-
   rés se centraba en mi infeliz huésped, cuya salud
   había declinado hasta el punto de no poder levantar-
   se de la cama. El hielo se rompió a nuestras espaldas
   y fue empujado con rapidez en dirección norte; del
   oeste comenzó a soplar una brisa y el día once el
   camino hacia el sur quedaba despejado. Cuando los
   marineros vieron esto, y comprendieron que quedaba
   asegurado su regreso a su país natal, prorrumpieron
   en continuos gritos de loca alegría. Frankenstein,
   que se había adormilado, despertó, y preguntó la
   causa del alboroto.
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