Page 42 - Coleccion d elibros de lectura
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encontrado al otro fantasma. Se llevó
                                                        una tremenda sorpresa cuando vio
                                                        que el fantasma era sólo una escoba
                                                        cubierta por una sábana blanca con una
                                                        calabaza hueca como cabeza. Entonces
                                                        leyó claramente el recado que la noche
                                                        anterior le había parecido indescifrable:


                                                                    EL FAnTASMA OTiS

                                                                  El único, auténtico
                                                                  y vErdadEro. ¡dEsconfíE
                                                                  dE las imitacionEs!

                                                                  todos los dEmás son
                                                                  falsificados.



                                                            Al terminar de leer se dio cuenta de
                                                        todo: ¡nuevamente se habían burlado

                                                        de él! Apretando las mandíbulas y
                                                        levantando sus huesudos brazos, lleno
                                                        de rabia, juró, según un antiguo conjuro,
                                                        que cuando cantara el gallo dos veces
                                                        ocurrirían terribles desgracias. No había
                                                        terminado de decir el atroz juramento
                                                        cuando cantó un gallo; el fantasma
                                                        soltó una carcajada y esperó el segundo
                                                        canto… esperó y esperó, pasó una hora

                                                        y después otra, pero por alguna extraña
                                                        razón el gallo no volvió a cantar. Cansado
                                                        de esperar regresó a su escondite.















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