Page 86 - Coleccion d elibros de lectura
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casa! ¡Acabará con el mundo! —se quejaron los demás,
mientras intentaban vanamente protegerse de la lluvia y
del viento.
Mojados de la cabeza a los pies regresaron a toda
prisa a su casa. Con trabajos subieron la escalinata de
piedra, resbalando de vez en cuando, ahogándose casi con
el agua. Apenas entraron sintieron que iban a desmayarse:
¡Jamás habían visto tal desbarajuste! Junto con otras
prendas de vestir, las botas, capas y espadas estaban
tiradas en el mayor desorden. La escoba flotaba en un
charco. ¡Los frijoles se habían quemado! Entre las tres
piedras del fogón había únicamente ceniza.
—¡Tras él, tras él, vamos a atraparlo!
—exclamó el Trueno Viejo, que había
perdido todo su cariño por el muchacho.
—Si no nos apresuramos acabará con
el mundo —dijo el Trueno Doble mientras
comenzaba a calzarse las botas.
—¿Dónde están mis botas?
—preguntó el Trueno Mayor, lanzando
las capas por el aire para buscarlas.
—Deprisa, deprisa, que los ríos ya
se desbordan.
—Deprisa, deprisa, que el viento
arranca los árboles.
—¡Mis botas, mi capa, mi espada!
—gritaba el Trueno Mayor, desesperado
porque no las encontraba.
—Deprisa, deprisa, que la tierra se
desmorona.
—Deprisa, deprisa, que el mar nos
arrasará.
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