Page 79 - Primer libro VIM
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Un buen modelo exige responsabilidad y resultados
Actualmente, la rehabilitación está siendo muy confrontada por la presión de los resultados; las PCD se van volviendo
más exigentes. Los buenos terapistas han comenzado a cuestionarse sus propios fracasos: se está incendiando la
casa. Ahora ya le preguntan a sus jefes: “¿Qué vamos a hacer con todas estas personas que no hemos rehabilitado?”.
Algunas de estas instituciones, han optado por volver su mirada
hacia el movimiento Vida Independiente México; en un intento
por no eludir del todo su responsabilidad.
La rehabilitación, es una responsabilidad que debe diseñarse
y construirse en forma cada vez más profesional, para
generar confianza entre todos los actores involucrados (ver
Gráfica 80). En algunos lugares, ha estado escudándose en
novedades vacías, como la electro -estimulación. Al final,
terminan mandando a la gente al panteón; con herramientas
que no sirven para construir un proyecto de vida. Esto no
es rehabilitación y, poco a poco, se va constatando que este tipo de artefactos no sirven; no tienen
sentido. Hoy existen 5mil PCD motora en el país, que saben perfectamente que eso no tiene ninguna
utilidad. Ser profesionales, en cambio, tampoco representa una meta demasiado compleja: las 200 PCD
encuestadas (Gráfica 81) señalan como factor de confianza en quienes dirigen el Modelo VIM: “predicar
con el ejemplo” (109 casos); “saben lo que hacen” (105 casos); “cumplen” (72 casos), “tienen orden” y
“los conozco” (50 menciones en cada caso). En otras palabras: el profesionalismo y liderazgo social de
cualquier institución se fortalece, cuando se incrementa la experiencia y los conocimientos que se tienen
en torno a la problemática atendida. Predicar con el ejemplo
e incrementar nuestros conocimientos, son como dos caras
de la misma moneda: si no nos involucramos a fondo con la
gente que atendemos, no podemos predicar con el ejemplo
ni enriquecer nuestra experiencia o incrementar nuestro
saber.
Una capacitación que puede hacer la diferencia
entre terapistas y otros profesionales
Nos hemos encontrado terapeutas o terapistas con maestría,
que han estado mucho tiempo en instituciones que no han
querido o no han sabido renovarse: cuando se dan cuenta de que los años que han invertido, no han
servido prácticamente de nada, entran en depresión; la realidad los confronta fuertemente. Por lo general,
su primer impacto lo reciben al ser testigos de cómo pacientes suyos que duraron un año o más con ellos,
no siendo capaces de hacer prácticamente nada en forma independiente, al cabo de unos cuantos días en
VIM, pueden moverse con soltura y llevar a cabo tareas cotidianas con mucha independencia. Es en ese
momento cuando reconocen que el Modelo VIM puede ofrecerles el tipo de capacitación que muchos de
ellos anhelan.
Con las estudiantes de servicio social, también lo hemos podido corroborar. Después de una temporada
de prácticas en nuestros campamentos y otros cursos de capacitación que se llevan a cabo en VIM durante
todo el año; su experiencia y sus conocimientos comienzan a superar rápidamente lo aprendido por
sus compañeras terapistas que se mantuvieron en la línea tradicional de capacitación, impartida por las
instituciones educativas o de salud en que se están formando.
Al cabo de un tiempo, el currículo de unas y otras comienza a diferenciarse en forma muy
significativa; es decir, los conocimientos de quienes trabajan en dichas instituciones educativas o
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