Page 75 - Primer libro VIM
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El problema con las ortopédicas es que se pretende que las PCD se adapten a ellas, porque se consideran
               fuertes. Pero en nuestro caso, esa rigidez es lo que daña. El problema es que estas sillas, están hechas por
               quien no las va a usar; aún cuando se trate de especialistas teóricos no prácticos. Muchos dan prioridad
               a la producción en serie, para vender y ganar; hacer negocio. Sin darse cuenta de que este tipo de sillas
               terminará haciendo daño a las personas con discapacidad; y, entre más abanzado se encuentra su negocio,
               más se recurre a la mercadotecnia que normalmente hay detrás de estos aparatos.

               Por todo ello, el curso se vuelve indispensable: al ser una silla que permite mayor movilidad, se convierte
               en una herramienta de riesgo que las PCD necesiten conocer y aprender a usar. La ortopédica, en
               cambio,  no requiere mucha capacitación; porque no está destinada al movimiento sino a permanecer
               dentro de  casa.


               Cómo surgen los ejercicios de rehabilitación integral

               Los ejercicios que se brindan en cada capacitación, surgen de un conocimiento universal. Mucha información
               viene de Europa, principalmente de Polonia; el ejercicio de las escaleras, por ejemplo, es un aprendizaje
               que proviene de nuestras hermanas -personas con discapacidad- polacas; el ejercicio de los dos puntos se
               trabaja mucho en Estados Unidos, pero aquí en México -en comunidades rurales, sobre todo- lo hemos ido
               perfeccionando para poder movernos en lo accidentado de los terrenos, en las banquetas tan irregulares
               unas de otras o para levantarnos de una caída; es decir, del piso a la silla.

               Actualmente, la mayoría de las personas con cuadriplejia de VIM -y, con mayor razón, el resto- no tienen
               ningún problema para superar obstáculos físicos de la vida cotidiana. De hecho, esta es una herramienta
               básica de la auto aceptación: cuando un obstáculo no te detiene al grado de quitarte el sueño y puedes
               sortearlo -incluso sin  pensarlo-, has asumido tu discapacidad. No se trata de enfrentarte neciamente a
               algo que puede resultar imposible desde el punto de vista físico, sino de que tengas la actitud de lograrlo
               aún pidiendo ayuda. Es la actitud de quien ha logrado quitarle el drama a su chuequez; a diferencia de
               tanta gente que no logra estar en paz consigo misma: el gordo quiere ser delgado, el güero quiere ser
               prieto, el bajo quiere ser alto; y, viceversa.

               El ejercicio de los dos puntos, por ejemplo, surge de la necesidad de controlar mejor la silla para evitar
               accidentes. La enseñanza más fuerte de este ejercicio es la seguridad que brinda. Es exactamente igual a
               la vivencia que tenemos de niños, cuando estamos explorando el equilibrio en nuestras piernas. De hecho,
               es un ejercicio internacional; en EUA, lo llaman wheels.

               Los obstáculos que utilizamos en nuestros cursos y campamentos, son Hechos en México: las plataformas
               que utilizamos para aprender a subir banquetas, miden 5, 10 y 15 cm. de alto cada una. Los rieles, son de
               5 y 7 cm. de alto, respectivamente. Los obstáculos en forma de letra “hache” ya no se usan mucho, pues
               son muy altos. Los rieles, sirven para aprender a subir un obstáculo en dos puntos, de forma controlada; es
               decir, a diferencia de la habilidad de montar banquetas con impulso, lo que se busca con el ejercicio de los
               rieles, es aplicar un control lento y gradual desde el principio.


               Los rieles, representan el dominio completo de los dos puntos. Para hacer uso de un puente peatonal, es
               indispensable haber dominado los dos puntos. La PCD se apoya en el barandal, para poder subir y para
               bajar, puede hacerlo en dos puntos; es decir, en este caso el uso del barandal es opcional.

               Los ejercicios que se requieren para recuperar la movilidad, al final de cuentas, no son demasiados. Del
               mismo modo en que -como hemos dicho- ocurre con un parado, cuando aprende a caminar. Esta movilidad,
               así adquirida -de una manera relativamente sencilla-, es la base de todo el potencial que se abre a partir de
               nuestro modelo de capacitación.
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