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UN TRISTE FINAL
              Por desgracia, la  historia de la  teoría ci-
              nética termina con un regusto amargo a
              causa de un incidente que habla más de
              la naturaleza humana que de la de los ga-
              ses.  Desde 1857 y durante un período de
              quince años,  Clausius y Maxwell se  inter-
              cambiaron cartas y artículos científicos, lo
              que demuestra lo mucho que dependió
              de este hecho la creación y afianzamiento
              de la teoría cinética de los gases. De este
              modo, los artículos de Clausius aparecían
              rápidamente traducidos al  inglés en  el
              Philosophical Magazine. Sin embargo, las
              discrepancias teóricas fueron haciéndose
              mayores, hasta el punto que al final Clau-
              sius rechazó el enfoque estadístico en su   El  físico y  matemático alemán Rudolf
                                               Clausius, considerado uno de los  pilares
              conjunto. Él también había intentado defi-
                                               de la  termodinámica.
              nir la entropía a partir de los movimientos
              moleculares, siguiendo un enfoque puramente dinámico, lo que dio lugar a una
              cantidad considerable de comentarios críticos, sobre todo de Maxwell. Peter
              Guthrie Tait sacó a pasear su  marcado sentimiento nacionalista: vituperó a
              Clausius y aprovechó la ocasión para defender la prioridad y mayor complejidad
              de pensamiento termodinámico de su  amigo Thomson, malinterpretando el
              concepto de entropía al  hacerlo. Clausius protestó diciendo que los británicos
              se estaban arrogando con más mérito sobre el desarrollo de la teoría del calor
              del que realmente merecían. Maxwell, buen amigo de Tait y  de Thomson, se
              quejó del autobombo que se estaba dando Clausius y en su libro Teoría del calor
             (1871) ignoró totalmente su obra. El alemán se quejó, lo que obligó a Maxwell a
              corregir su error en la siguiente edición de su libro. Así explicó su parecer a Tait:

                 Observa cómo mi invencible ignorancia de ciertos modos de pensamiento han
                 causado que Clausius esté en desacuerdo conmigo, así que he fracasado en mis
                 intentos de minimizarlo y él  no ocupa en  mi libro el  lugar sobre el  calor, el lugar
                 que merece por sus otras virtudes.





        des: «Aquí nos enfrentamos cara a cara con la mayor dificultad que
        ha encontrado la teoría molecular». Pero era un problema irresolu-
        ble desde la física clásica: solo la llegada de la mecárúca cuántica
        resolvió el problema.






                                          CALOR, ENERGÍA, ENTROPÍA Y ÁTOMOS   127
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