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mesa de las monedas. Aquí, W está representado por el número de
                    maneras distintas en que pueden aparecer una, dos, tres, cuatro,
                    cinco o seis caras. No importa cómo hayan salido, solo importa
                    el número de caras y de cruces. Para el caso de las moléculas de
                    un gas,  W representa el número posible de estados ( que vienen
                    definidos por la posición, velocidad, energía ...  de la partícula en
                    cuestión) en que pueden encontrarse y que nos proporcionan la
                    misma desc1ipción física del gas,  o sea, que nos dan los mismos
                    valores de presión, energía interna, temperatura, volumen ... Así, el
                    estado de la molécula representa la cara o la cruz de una moneda
                    en particular, mientras que las propiedades termodinámicas son
                    el número de caras totales. W es, simplemente, el número de ma-
                    neras en que se puede organizar internamente un sistema sin que
                    un observador externo aprecie diferencia alguna.
                        Por otro lado, del mismo modo que en el caso de las cartas
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                    de una baraja podemos colocarlas de  10· situaciones posibles,
                    los estados de las moléculas de un gas también pueden tomar in-
                    finidad de valores. Y si la mayoría de las veces la baraja aparece
                    desordenada ante nuestros ojos, igual ocurre con los gases: el es-
                    tado más probable de las partículas de un gas es el de desorden.
                    Pero, ¿qué significa orden en un gas? En la baraja es fácil apre-
                    ciarlo, pues corresponde a una disposición que nos llama parti-
                    cularmente la atención.  Para un gas viene a ser algo parecido:
                    todas las moléculas moviéndose en la misma dirección; dos gases
                    que, contenidos en el mismo recipiente, no estén mezclados sino
                    separados; un gas que se encuentre comprimido, sin influencia ex-
                    terna, en una esquina de la vasija que lo contiene dejando el resto
                    totalmente vacío ... Todas estas configuraciones pueden suceder,
                    no hay ninguna ley de la dinámica que lo impida. Debido al gran
                    número de colisiones que sufren las moléculas, puede ocurrir que,
                    por ejemplo, todas acaben moviéndose hacia la derecha del reci-
                    piente. Sin embargo, esto es altamente improbable, más incluso
                    que tras mezclar una baraja salga ordenada por número y palo.
                    Esto es así por algo muy sencillo y que no debe dejar de repetirse:
                    hay un mayor número de combinaciones desordenadas que or-
                    denadas. Por tanto, dado que W define el número de situaciones
                    microscópicas relacionadas con una macroscópica y como son






        122         CALOR, ENERGÍA, ENTROPÍA Y ÁTOMOS
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