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UN NUEVO CAMBIO
James presentó sus ideas en la reunión de la Asociación para el
Avance de la Ciencia celebrada en Aberdeen en septiembre de
1859, las cuales redactó en forma de artículo al año siguiente bajo
el título «Illustrations of the Dynamical Theory of Gases». Pero
sus días en el Marischal College estaban contados: la unión de las
dos instituciones universitarias para crear la nueva Universidad de
Aberdeen se iba a concretar para el curso 1860-1861. El problema
era que en el King's College también había una plaza de profesor de
Filosofía Natural y la nueva universidad no iba a conservar las dos
plazas. La del King's la detentaba David Thomson, que era además
su vicerrector y secretario. Era un personaje tan astuto en las nego-
ciaciones que se había ganado el sobrenombre de «artero». No hace
falta decir que en la refriega política ganó él. La excelencia de los
trabajos científicos de Maxwell podría haber cambiado el fiel de la
balanza, pero en Aberdeen no había nadie que supiera valorarlos.
Justo en ese momento, su mentor James Forbes dejaba va-
cante su plaza de profesor en la Universidad de Edimburgo para
ser rector de la St. Andrews. Era una oportunidad estupenda y se
presentó a la plaza. También lo hizo su amigo Tait, que en esos
momentos se encontraba en Belfast. Maxwell volvió a perder. A la
tercera va la vencida, y el King's College de Londres ofreció al
poco tiempo una plaza: esta vez hubo suerte y escogieron a James.
El tiempo que transcurrió hasta su toma de posesión lo pasó en
Glenlair poniendo en orden su propiedad, financiando en parte la
construcción de una nueva iglesia en Corsock, al norte de Glenlair,
escribiendo un importante artículo sobre la teoría de los gases,
otro sobre esferas elásticas y un informe de sus experimentos
sobre los colores para la Royal Society. Casi enseguida le comuni-
caron que la Royal Society le había concedido la medalla Rumford.
Pero ese verano de 1860 también estuvo a punto de morir.
Había acudido a una feria de caballos para comprarle un poni a Ka-
therine y al poco de regresar enfermó de viruela. Por suerte, se re-
cuperó y James siempre estuvo convencido de que fue gracias a los
cuidados de su esposa En octubre de ese mismo año empaquetaron
sus pertenencias para instalarse en la capital del Imperio británico.
128 CALOR, ENERGÍA, ENTROPÍA Y ÁTOMOS