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Además, había otra razón por la que Boltzmann se vio ca-
         pacitado para aceptar una cátedra de Matemáticas:  su enorme
         versatilidad como profesor. A lo largo de su vida enseñó una va-
         riedad tal de asignaturas que resulta asombroso que fuera capaz
         de dominarlas todas, y ni siquiera usaba apuntes para sus clases,
         lo que da una noción de su capacidad intelectual. Así, entre 1868 y
         1870, en su etapa como profesor asistente en Viena, enseñó teoría
         mecánica del calor, teoría de la elasticidad, teoría matemática de
         la acústica y teoría matemática de la capilaridad; en Graz, cálculo,
         teoría mecánica del calor, cálculo diferencial e integral, teoría de
         números, temas de análisis avanzado, geometría analítica y teoría
         de funciones;  en Viena,  matemáticas y,  más adelante, mecánica
         analítica, electromagnetismo y termodinámica.

                 «Era un buen profesor; sus clases eran las más hermosas y
                       estimulantes que he oído jamás. Él núsmo estaba tan
         entusiasmado por lo que enseñaba que salíamos de cada clase con
              la sensación de que un nuevo mundo se abría ante nosotros.»
                                                                   -  LISE  MEITNER.

             Boltzmann tenía una gran reputación  como profesor.  Sus
         clases  resultaban meridianamente  claras,  además  de  excitan-
         tes.  Quizá por su bipolaridad se mostraba siempre apasionado,
         incapaz de impartir una materia de forma distante: al contrario,
         trataba de transmitir su entusiasmo por lo que explicaba, consi-
         guiéndolo en la mayor parte de las ocasiones. Para él, la física no
         era solo un trabajo, sino casi una misión sagrada donde el cono-
         cimiento era visto como el santo grial.  La prestigiosa física Lisa
         Meitner (1878-1968) fue su alumna entre 1902 y 1905, y siempre
         guardó los mejores recuerdos sobre sus clases.
            Boltzmann fue  un docente organizado en extremo.  Ejem-
        plo de ello era la forma en la que estructuraba sus pizarras, que
         dividía en tres partes: en un extremo incluía un resumen de lo
        tratado en la clase anterior, de forma que incluso los alumnos
         que hubieran faltado pudieran seguir la nueva explicación; en
         el otro, insertaba las anotaciones y cálculos secundarios, y en el






                                          PROBABILIDAD, DESORDEN Y ENTROPÍA   69
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