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física (1731). La transferencia fundamental de fisiología a física
fue fruto de las peticiones insistentes a la Academia de sus cole-
gas Jakob Hermann (1678-1733) y Daniel Bemoulli.
La estancia de Euler en Rusia trabajando para la Academia
fue fructífera; ascendió rápidamente y trabó gran amistad con
Daniel Bernoulli y con el secretario perpetuo de la Academia,
Christian Goldbach. Escribía mucho, descubría cosas nuevas
constantemente y empezaba a labrarse una fama internacional
considerable. En 1733 su posición y sueldo le permitían mantener
casa y familia, y se casó con Katharina Gsell, la hija de un pintor
de la Academia. Del matrimonio nacieron trece hijos, aunque solo
cinco sobrevivieron.
En 1735, Euler padeció una fuerte infección ocular. Algunos
afirman que enfermó a consecuencia del estrés producido por un
trabajo urgente relacionado con el cálculo de la latitud de San
Petersburgo. Sea corno fuere, el caso es que se quedó momen-
táneamente ciego del ojo derecho, y aunque en un principio se
fue recuperando poco a poco, a los tres años recayó y perdió de
LA ACADEMIA DE SAN PETERSBURGO
El zar Pedro I puso el punto de mira del progreso de su imperio en la ins-
trucción pública y la difusión del conocimiento. Tras sus viajes a través de
Europa en los que trabó una buena amistad con Leibniz, decidió en 1724-
1725 la creación de la Academia de ciencias, la Academia Scientiarum lm-
perialis Petropolitanae, afincada en la capital real, San Petersburgo. La
Academia estaba basada en las normas y estructura de la Academia de
París, y dependía, como ella, de la protección y el subsidio reales. La his-
toria de la Academia de ciencias fue un tanto azarosa en ese período inicial,
y a los tumbos obligados por la incierta política rusa de aquel entonces
-constelada de niños con títulos reales, regentes y zarinas- hay que aña-
dir las intrigas internas y luchas por el poder dentro de la propia institución.
Los miembros de extracción extranjera -sobre todo germanos- se enfren-
taban por la supremacía a los miembros rusos, quienes se sentían poster-
gados. Todo ello terminó determinando que Euler, un tanto preocupado
por el cariz que tomaban las cosas, aceptara cambiar San Petersburgo por
Berlín, y emigrar de una academia a otra.
38 SERIES, CONSTANTES Y FUNCIONES: EULER EN RUSIA