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tuales ni, en general, por nada que no le reportase un provecho
político o militar inmediato. Por fortuna para la pervivencia de
la institución, Federico II, terminados los combates en Silesia, se
dedicó a cuidarla y la mantuvo en el lugar que se merecía.
Cuando Federico regresó, Euler ya había presentado un mon-
tón de artículos y había escrito varios libros. Por entonces, el presi-
dente de la Academia era Pierre Louis Moreau de Maupertuis, y
Euler dirigía la sección de matemáticas, aunque también se ocu-
paba, entre otras cosas, de las finanzas, la astronomía, la ingeniería
y la botánica. De acuerdo con el historiador Adolf P. Yushkevich:
[ ... ] supervisó el observatorio y los jardines botárúcos; seleccionó el
personal, supervisó varias cuestiones financieras, y, en particular,
logró la publicación de varios calendalios y mapas geográficos, cuya
venta era una fuente de ingreso para la Academia. El rey también
encargó a Euler problemas prácticos, tales como el proyecto en
.
17 49 para corregir el nivel del canal de Finow [ .. ] En tal período
también supervisó el trabajo de las bombas y tuberías del sistema
hidráulico de Sanssouci, la residencia real de verano.
Sin embargo, el monarca no estaba satisfecho con respecto
a sus méritos, como demuestran estas líneas de una carta suya a
Voltaire:
Quería tener una bomba de agua en mi jardín: Euler calculó la fuer-
za necesaria de las ruedas para elevar el agua a una reserva, desde
la que caería después a través de canalizaciones para finalmente
manar en el palacio de Sanssouci. Mi molino fue construido de forma
geométrica y no podía elevar una bocanada de agua hasta más allá
de cinco pasos hacia la reserva. ¡Vanidad de las vanidades! ¡Vanidad
de la geometría!
En 17 4 7, Euler fue nombrado miembro de la Royal Society; en
17 48, ganó nuevamente el Grand Prix de la Academia de ciencias
de París con una memoria sobre el problema de los tres cuerpos,
cuyo contenido orientó a Alexis Claude Clairault (1713-1765) en
sus propios trabajos en este campo. En 1758, fue nombrado aca-
76 BERLIN, CAPITAL DEL ANÁLISIS