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nante de los corpúsculos newtonianos, de modo que le resultaba
imposible introducir de nuevo este concepto para esclarecer el
funcionamiento de la electricidad. Con todo, el físico y fisiólogo
alemán Hermann Ludwig Ferdinand von Helmholtz (1821-1894) ya
argumentaba que la teoría electroquímica de Faraday debía impli-
car la existencia del electrón o átomo de electricidad.
LA JAULA DE FARADAY Y LOS DIELÉCTRICOS
Si nos trasladáramos a la Royal Institution a finales de 1835, des-
cubriríamos a Faraday enfrascado en la construcción de un gi-
gantesco e insólito ingenio. Su tamaño era tal que tuvo que ser
trasladado a la sala de conferencias de la institución, pues las di-
mensiones de su laboratorio en el sótano no eran suficientes para
acoger aquel gran armazón de madera recubierto con hojas de alu-
minio. Un observador lego podría conjeturar enseguida que Fara-
day estaba construyendo un arma para la guerra, quizá una suerte
de carro de combate. O tal vez se trataba de una jaula para albergar
una criatura fantástica, porque ciertamente tenía aspecto de jaula,
aislada del suelo y conectada a un generador electrostático. Pero
en el interior de la jaula permanecía sentado el mismo Faraday,
aguardando a que su ayudante de laboratorio, el sargento Charles
Anderson, cargara la jaula para que fluyeran chispas de ella.
El experimento guardaba ciertas semejanzas con la ficción
del doctor Frankenstein, justo cuando su ayudante deforme se
disponía a conectar el aparato eléctrico que habría de devolver
la vida a un cadáver. Por el contrario, Faraday no esperaba sentir
ningún aliento vital procedente de la electricidad. Lo que en rea-
lidad esperaba es que no pasara absolutamente nada. Y lo logró:
incluso sus aparatos de medición más precisos fueron incapaces
de detectar efectos eléctricos en el interior de aquella caja, como
si estuviera aislada de la realidad eléctrica que chisporroteaba a
su alrededor.
Un sistema de aislamiento que, en años posteriores, y bajo el
nombre de jaula de Faraday, se emplearía a menudo para prote-
120 LA INTERACCIÓN ENTRE MATERIA, ELECTRICIDAD Y LUZ