Page 78 - 21 Faraday
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Para profundizar más en los detalles técnicos de aquel trans-
                   formador empleado para producir la primera inducción electro-
                   magnética, podemos consultar el Diario de Faraday, publicado
                   por la Royal Institution en 1932. En él se señala que el anillo es de
                   hierro dulce y tiene seis pulgadas de diámetro exterior, así como
                   que tenía enrolladas varias espiras separadas por hilo y algodón
                   calicó,  procedente de  la India.  A continuación,  Faraday había
                   cargado una batería de diez pares de placas de cuatro pulgadas
                   cuadradas.
                       Faraday cor\jeturaba que ello produciría torbellinos a través
                   de toda la primera rosquilla,  una suerte de tormenta magnética
                   que,  de generar una corriente eléctrica en la otra rosquilla que
                   quedaba delante,  entonces confirmaría que  el magnetismo era
                   capaz de generar electricidad. El hecho de colocar un núcleo de
                   hierro dulce era para incrementar el campo magnético creado por
                   la primera rosquilla. No era un experimento demasiado complejo,
                   de modo que Faraday dedujo que la razón de que otros científicos
                   no hubieran detectado el fenómeno residía en que la corriente
                   eléctrica producida era muy pequeña, casi indetectable. Por esa
                   razón, situó en el alambre de la segunda media rosquilla un me-
                   didor más sensible, capaz de detectar el paso más insignificante de
                   corriente eléctrica: un galvanómetro basado en el efecto motor
                   de la electricidad que Faraday había descrito en 1821.
                       Finalmente, hizo pasar una corriente por el alambre de la pri-
                   mera media rosquilla conectándolo a una pila voltaica y,  con la
                   misma esperanza de sus años de juventud, cuando se propuso en-
                   contrar las huellas del Creador en el mundo, cuando decidió pro-
                   fundizar en el misterio de la electricidad que hacía mover las ranas
                   muertas de Galvani,  advirtió felizmente que,  en efecto, la aguja
                   del galvanómetro que medía el paso de la corriente en la segunda
                   bobina se movía,  oscilaba. Este hecho dejó a Faraday completa-
                   mente atónito durante unos segundos, los suficientes para digerir
                   lo que acababa de descubrir y cómo ello podría cambiar el mundo.
                       Faraday, meticuloso como siempre, pasó aquella noche co-
                   nectando y desconectando la rosquilla de hierro para comprobar
                   que siempre producía el mismo efecto en el medidor de corriente
                   eléctrica, permitiéndole descubrir también que el medidor solo





        78         LA CHISPA ELÉCTRICA
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