Page 100 - 19 Marie Curie
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apreciaba de veras el trabajo de Marie, así como su forma austera
                     de comportarse y vestir. No es de extrañar que desde el principio
                     se estableciera entre ambos una relación de amistad que perdu-
                     raría por encima de los enfrentamientos que Marie llegó a tener
                     en el entorno más próximo de Rutherford, especialmente con el
                     químico Boltwood.
                         Todos los asistentes guardaron recuerdos gratos de una ve-
                     lada que  terminó con el colofón habitual de Pierre enseñando
                     las disoluciones de radio en la oscuridad. Todos se percataron
                     también de los abultados y enrojecidos dedos que apenas podían
                     sostener los tubos, los mismos dedos temblorosos que unos días
                     antes habían derramado parte de su contenido en el anfiteatro de
                     la Royal Institution de Londres.
                         El resto del verano no fue todo lo plácido que debería haber
                     sido tras la finalización de la tesis, porque tanto la salud de Pierre
                     como la de Marie estaban muy deterioradas. Además, para colmo,
                     o quizá como consecuencia de ese deterioro, en agosto de 1903,
                     tras un extenuante viaje en bicicleta, Marie dio a luz una niña en
                     el quinto mes de embarazo que nació viva, pero murió poco des-
                     pués. La investigadora había ido desde París a un pueblo de los
                     alrededores para buscar el alojamiento donde Pierre, Irene y ella
                     habían de pasar las vacaciones de verano. Aunque el detonante
                     final fuera el viaje en bicicleta, Marie no se había encontrado bien
                     desde el comienzo del embarazo, a pesar de lo cual había estado
                     trabajando con disoluciones concentradas de polonio y radio, re-
                     cibiendo dosis de radiación no aconsejables ni para una persona
                    no embarazada. Muy posiblemente tuviera anemia y otras altera-
                     ciones hematológicas. Como defensora apasionada del ejercicio
                    al aire libre como tratamiento para todos los males, planeó las va-
                     caciones en el campo, lo cual en general le venía muy bien, pues la
                    alejaba del laboratorio. Pero el ejercicio excesivo en sus circuns-
                    tancias fue fatal para su embarazo.  Este nacinliento prematuro
                    la dejó muy afectada tanto física como psicológicamente, por lo
                    que estuvo varios meses alejada del laboratorio y sin fuerzas para
                    nada. Así,  cuando en noviembre de ese año ambos recibieron la
                    preciada medalla Davy otorgada por la Royal Society británica,
                    Marie no pudo acompañar a Pierre a recogerla.






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