Page 102 - 19 Marie Curie
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Por otro lado, tras el parto prematuro, ni la salud ni el ánimo de
Marie acababan de recuperarse.
Aunque no viajaron a Estocolmo, los galardonados que cau-
saron furor en Francia fueron Marie y Pierre. Becquerel daba el
perfil que se esperaba de un sabio, pero la joven pareja, que tenía
una hija pequeña, vivía con una austeridad espartana y trabajaba
en unas condiciones muy duras, ajena a la pompa de las rancias
instituciones académicas francesas, era una cara inusual de la
ciencia. Pasaron de ser unos cuasi desconocidos, incluso en los
medios académicos, a ser objeto de deseo de toda la prensa. Se
convirtieron en la pareja de moda a la que todo el mundo quería
entrevistar y de la que todo el mundo quería saber. Este tremendo
estallido de popularidad irrumpió en sus vidas alterándolas de
forma irreversible. Ninguno de los dos estaba preparado para esta
hecatombe, que no solo les cambió la vida, sino que alteró la per-
cepción que la sociedad tenía de un premio que hasta entonces
solo había tenido una cierta repercusión en el ámbito científico,
pero no había llegado al gran público, que tan solo dedicaba su
atención al premio de Literatura o al de la Paz. En la percepción
pública de los premios Nobel de ciencias hubo un antes y un des-
pués de su concesión a los Curie.
Aunque Marie y Pierre se quejaron amargamente del año
«perdido» y de la intimidad avasallada, el premio trajo aparejadas
muchas cosas positivas, en concreto un nuevo puesto de trabajo
para cada uno de ellos y un laboratorio decente para ambos. El
reconocimiento de su trabajo por una prestigiosa institución ex-
tranjera, que además estaba avalada por el mismísimo rey de Sue-
cia, puso de manifiesto la extraordinaria calidad del mismo. Por
otro lado, las numerosas fotos que aparecieron en la prensa del
cobertizo de la Escuela en el que habían realizado la mayor parte
de sus experimentos, pusieron de manifiesto el abandono en el
que los tenía la ciencia francesa. El periodista Alphonse Berget,
tal y como recoge Soraya Boudia en su texto dedicado a los Curie,
declaró: «Para nosotros los franceses, la concesión del premio
Nobel a los Curie es a la vez una gloria y una vergüenza».
No es de extrañar que a comienzos del año 1904 se creara una
cátedra de Física en la Sorbona para Pierre, la cual se complemen-
102 GLORIA Y TRAGEDIA