Page 40 - 19 Marie Curie
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Academia de Ciencias para pasmo de
los asistentes y sorpresa del resto
de los laboratorios europeos. El inves-
tigador propuso entonces que el fenó-
meno era una fosforescencia, pero no
la ordinaria registrada hasta entonces
para las sales de uranio, sino una «in-
visible y de larga duración».
Becquerel repitió sus experimen-
tos intentando cuantificarlos con un
dispositivo que detectara la radiación
con mayor rapidez y precisión que las
proporcionadas por la placa fotográ-
" .--~--- - fica. Para comprobar si los rayos io-
nizaban el aire, es decir, si liberaban
carga en el mismo y lo volvían con-
ductor, decidió emplear un electros-
copio, aparato usado en los primeros
. estudios de electrostática. Este es el dispositivo que se incluye en
la figura, formado por un vástago conductor que se coloca dentro
de un recipiente en cuyo extremo tiene una laminilla de oro. Para
saber si un cuerpo tiene carga eléctrica, no hay más que ponerlo
en contacto con el extremo superior del vástago conductor. Si
el cuerpo tiene carga, esta llega a través del vástago hasta la la-
minilla de oro, que es repelida por el vástago, cuya carga es del
mismo signo. Como consecuencia de esta repulsión, la laminilla
se levanta. A mayor carga, mayor es el ángulo que separa la lami-
nilla del vástago.
Becquerel comprobó que un electroscopio cargado se des-
cargaba por efecto de los rayos uránicos. Ello indicaba que estos
ionizaban (cargaban) el medio (el aire) en el que se propagaban.
No obstante, el intento de cuantificación de la radiación resultó
infructuoso: solo pudo establecer una relación entre el ángulo de
separación de la laminilla de oro del eje principal del electrosco-
pio y el tiempo de irradiación. Pero los resultados no eran repro-
ducibles, dado que la variación del ángulo era una magnitud que
no permitía una medición precisa.
40 UNA POLACA EN PARIS