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ciones, sonido, etc., se reduce a convertir ese elemento a una serie
de ceros y unos.
LA PASIÓN CHINA
Leibniz siempre sintió una atracción especial hacia la cultura china.
Ya en 1678 conocía su idioma y consideraba que era la mejor re-
presentación del idioma ideal que buscaba. Pensaba que la civiliza-
ción europea era la más perfecta por estar basada en la revelación
cristiana, y que la china era el mejor ejemplo de civilización no
cristiana. En 1689 conoció en Roma al misionero jesuita Claudio
Filippo Grimaldi, presidente de la Oficina China de Matemáticas
en Pekín, quien le contó que el emperador, príncipes y otros fun-
cionarios recibían una clase diaria de matemáticas, y que el propio
emperador entendía a Euclides y sabía calcular movimientos en el
cielo. En 1697, Leibniz publicó Novissima sinica (Últimas noti-
cias desde China), obra en la que recogía cartas y escritos de los
misioneros jesuitas en China. A través del padre Verjus, director
de la misión jesuita en China y a quien envió un ejemplar, el libro
llegó a manos del padre Joachim Bouvet, un misionero que estaba
de permiso en París. A partir de entonces, la relación entre Leibniz
y Bouvet fue muy fluida y dio lugar al desarrollo más general del
sistema binario. Tras conocer la filosofía de Leibniz, Bouvet llegó a
compararla con la filosofía china antigua, ya que esta había instru-
mentado los principios de la ley natural. Fue también Bouvet quien
le llamó la atención sobre los hexagramas del I Ching, que equiva-
lían a un sistema binario creado por Fu-Hsi, un personaje mítico
fundador de la cultura china. Por desgracia, Bouvet utilizó fuentes
erróneas y todo lo anterior no está bien documentado.
Leibniz abogó en muchas instancias por conseguir una rela-
ción estrecha entre Europa y China a través de Rusia. Como tenía
buenas relaciones con Moscú, pensaba intercambiar así descubri-
mientos y cultura. Incluso insistió en la Academia de Berlín para
preparar una misión protestante en China, pues en su opinión,
si se lograba que el emperador se convirtiese, se conseguiría un
CÓDIGOS ANTIGUOS Y MODERNOS 127