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mitieron la difusión de todos los descubrimientos en cualquier
rama de la ciencia. La primera academia científica, concebida
como lugar de reunión de intelectuales para el intercambio de
experiencias y conocimientos, se fundó en 1603 en Roma por el
científico y noble Federico Cesi (1585-1630), la Accademia dei
Lincei (Academia de los Linces), que duró hasta 1630; su miem-
bro más famoso fue Galileo Galilei. En 1657 se creó en Florencia
la Accademia del Cimento (Academia del Experimento) fundada
por Femando II, duque de Toscana, y el príncipe Leopoldo, que
solo duró diez años. Entre sus miembros destacan los alumnos
de Galileo, el matemático Vincenzo Viviani (1622-1703) y el físico
Evangelista Torricelli (1608-1647), inventor del barómetro, el ins-
trumento para medir la presión atmosférica.
Pero la sociedad científica más importante del momento, y
una de las que ha continuado su labor hasta la actualidad, es la
Royal Society, fundada en 1660 a partir de los grupos de Londres y
Oxford. Sus miembros se reunían una vez a la semana para tratar
temas de filosofía natural y sus materias relacionadas: medicina,
mecánica, óptica, geometría ... En 1662 se nombró un encargado de
experimentos con el fin de presentar resultados en cada reunión,
y la primera persona sobre quien recayó esta labor fue Robert
Hooke. Para dejar bien claro que el avance de la ciencia proven-
dría de las evidencias experimentales, más que de la opinión de
personas influyentes, la sociedad tomó el lema Nullius in verba,
es decir, «En palabras de nadie». Miembros de ella durante esa
época fueron Robert Boyle, Robe1t Hooke, Gottfried Leibniz, John
Wallis, Isaac Newton, Christiaan Huygens y Anton van Leeuwen-
hoek. A partir de 1663, el nombre oficial pasaría a ser Royal Society
of London for Improving Natural Knowledge (Real Sociedad de
Londres para el Avance de la Ciencia Natural). La sociedad recibió
el prestigioso premio Príncipe de Asturias en 2001 en la modalidad
de Comunicación y Humanidades.
En 1666 fue creada en Francia, por el ministro de Luis XIV,
Jean-Baptiste Colbert, y con el apoyo expreso de la Corona, la
Académie des Sciencies, que indicaba en su segundo artículo fun-
dacional cuál era su objetivo prioritario: «Animar y proteger el es-
píritu de la investigación, y contribuir al progreso de las ciencias
38 EL DISEÑADOR DE CALCULADORAS